Cada vez que solicitas la celebración de una Misa a través de Ayuda a la Iglesia que Sufre, ayudas al sostenimiento de un sacerdote necesitado y al desarrollo de toda su comunidad.
Hay lugares donde los fieles son tan vulnerables, que no pueden colaborar con sus sacerdotes. En estos casos, las intenciones de Misas son a menudo su único sustento. Puedes solicitar la celebración de una Misa por matrimonios, nacimientos, aniversarios, por la salud de un enfermo, por el cumpleaños de un ser querido, por los exámenes de un hijo o por esa intención que llevas en tu corazón.