«Nuestra situación actual no es especialmente alentadora. El gobierno toma muchas decisiones precipitadas, haciendo que las cosas sean impredecibles. La política sólo está hecha para los ricos. Los pobres están en desventaja», lamenta Mons. Antony.
En la diócesis de Tuticorin viven alrededor de 450.000 católicos, lo que correspondería a aproximadamente el 17% de la población. Además de los ataques dirigidos contra creyentes y grupos de peregrinos, en su diócesis, los hospitales y más de 200 escuelas dirigidas por la Iglesia se topan con cada vez más dificultades. El alto nivel de desempleo no solo es elevado entre los maestros, sino también entre muchos pequeños agricultores y obreros industriales debido a la falta de apoyo del gobierno. Muchas personas en la región están tan desesperadas que eligen el suicidio como la única salida, aclara el obispo.
Pero, sobre todo, la visita al Papa Francisco en Roma fue un signo de esperanza: «No cejaremos en la lucha por la igualdad, la justicia y la fraternidad», afirma Stephen Antony. «Confiamos en que los hindúes y los cristianos pronto sean más tolerantes y que disminuya la voluntad de utilizar la violencia en el país. Estoy profundamente agradecido a ACN y a todos los benefactores que continúan apoyándonos en todas las áreas de atención pastoral con todo lo necesario y nos acompañan con sus oraciones».