Pero, sobre todo, animan a los padres a enviar a sus hijos a la escuela. A menudo, estos no están convencidos de la necesidad de una educación escolar, porque ellos mismos nunca han asistido a una escuela.
En este ámbito, los Padres realizan una valiosa labor de persuasión. Así, hasta hay adultos que también se animan a aprender a leer y escribir, ya que a menudo ni siquiera saben escribir sus nombres. Firman con su huella dactilar, pero no pueden leer lo que firman de esta manera, por lo que es fácil engañarlos.