La delegación siria en la WMOF2018 dejó huella en los asistentes y en quienes podemos escuchar o leer su testimonio. Viajaron a Irlanda para mostrarnos que ellos son fieles en medio de las dificultades. Un gran ejemplo para quienes -a causa de los escándalos- vemos debilitada nuestra fe.
28/08/2018 / Maria Lozano y Pierre Macqueron pudieron realizar un gran número de entrevistas en la WMOF2018 y durante estos días las compartiremos con uds. para que seamos testigos y voceros de la Iglesia que Sufre. Pero voceros valientes y felices, como ellos mismos.
Presidida por Mons. Samir Nassar, arzobispo maronita de Damasco, y con el apoyo de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), una delegación de la Comisión de la Familia de la Conferencia Episcopal Siria pudo participar en el Encuentro Mundial de las Familias en Dublín del 21 al 26 de agosto. Aprovechando esta ocasión, Maria Lozano y Pierre Macqueron les entrevistaron sobre la situación del país.
Estuvieron junto a ellos monseñor Samir, Arzobispo maronita de Damasco; el padre Raimondo Girgis, franciscano y Superior del Santuario de la Conversión San Pablo en Tabbalé-Damasco; la hermana Jihane Elaoudatallah, de la Congregación de las Hermanas de la Caridad y Jean-Pierre Bingly y Marie Nasrallah, 24 años de matrimonio.
Denunciando la guerra en su país, “la tragedia más cruel de la historia desde la Segunda Guerra Mundial”, los participantes describen las dificultades que enfrentan las familias sirias, dispersas, traumatizadas y arruinadas tras ocho años de guerra.
– ¿Cómo es la situación en Siria actualmente?
Mons. Samir Nassar: En Siria se libra una guerra internacional, no es un conflicto local: 85 países participan en esta guerra (!). Es el drama más cruel de la historia desde la Segunda Guerra Mundial. Desde abril empezamos a percibir que regresa la paz. En Damasco ya no caen bombas. ¿El problema? Que los jóvenes han huido del país desde 2015, y que nosotros esperamos que vuelvan. Hacemos todo lo que podemos para ayudar a los que se han quedado, y también para ayudar a las familias con catequesis, tenemos el asilo de ancianos…
La iglesia sigue dando apoyo material y espiritual. Durante todo este tiempo de guerra, además de ayudar a los pobres y a los enfermos, hemos ayudado con nuestra labor en la pastoral familiar al sostén espiritual.
– ¿Hay posibilidades de retorno para los refugiados sirios?
Mons. Samir Nassar: Durante muchos años, Siria ha sido una tierra de acogida para los armenios en los años veinte, los asirios, los kurdos, los libaneses, los iraquíes… Sin embargo, los refugiados sirios no han sido bien acogidos en muchas partes del mundo. Son numerosos, demasiado numerosos. Nadie quiere acogerlos. Ahora, regresar a Siria también es complicado, sobre todo, por motivos económicos.
P. Raimondo Girgis: Muchas familias están pensando en retornar, sobre todo las familias cristianas. Es una herida para la iglesia la separación de las familias. Con todo los problemas psíquicos que la guerra ha dejado y que nosotros como Iglesia tenemos que sanar.
Hna. Jihane Elaoudatallah: Además, con sus casas demolidas, ¿adónde pueden regresar? ¿Cómo regresar a una casa destruida? Con la sola voluntad de retornar no basta.
Marie Nasrallah: Tanto más ahora que la devaluación de la moneda complica aún más el regreso a Siria. La vida cotidiana se ha vuelto muy cara.
– ¿Amenaza la situación de bloqueo económico a Siria el retorno de los sirios?
Mons. Samir Nassar: Afrontamos graves problemas económicos, porque el valor de nuestra moneda ha bajado. Antes de la guerra, un dólar estadounidense equivalía a cincuenta libras sirias, mientras que hoy equivale a 515 (!). Mientras tanto, los salarios siguen siendo los mismos que antes. Los sirios en el extranjero podrían ayudarnos, pero eso no es posible debido al bloqueo occidental. Esta medida fue tomada contra el gbierno, pero hace que sufran los pobres, mientras que los miembros del gobierno disponen de otras fuentes de recursos, los que realmente pagan las consecuencias son los pobres.
Hna. Jihane Elaoudatallah: Esta situación económica empeora el sufrimiento de la población, una población dispersa y humillada. Humillada por tener que pedir ayuda, sobre todo ahora que la recepción de ayuda se ve dificultada por el bloqueo. Especialmente para las familias el peso que eso supone para llevar adelante a sus hijos, es enorme.
Padre Raimondo Girgis: Las sanciones no dan un resultado positivo. En Siria faltan las medicinas, no se encuentran. Estas medidas no se dirigen a salvar a un pueblo sino a condenarlo a estar en una prisión.
– ¿Una última palabra?
Mons. Samir Nassar: Cuando el Papa Francisco habla de nuestro país, habla de “nuestra Siria bien-amada”. El conoce Siria, porque hay una gran comunidad de emigrantes sirios en Argentina. La Comisión Episcopal de la Familia da las gracias a ACN, porque vosotros nos habéis ayudado enormemente en los últimos años, a apoyar a las familias en necesidad, a dar medicinas a los enfermos, a poder continuar con la pastoral.
Pero ahora seguimos necesitando recursos para reconstruir nuestras casas bombardeadas, para reconstruir el país. Desde el comienzo del conflicto, ACN ha otorgado más de 25 millones de euros para proyectos de emergencia a familias cristianas en Siria, incluidos casi 6 millones en 2017. Actualmente la fundación está preparando una nueva campaña para ayudar a la reconstrucción del país y el retorno de los refugiados en los próximos meses.
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