Este viernes en Mosul, la ciudad de la que hace sólo 5 años todos los cristianos fueron obligados a huir, tendrá un nuevo obispo. Y podrá ver con alegría cómo han cambiado las cosas desde 2014 cuando debieron huir apresuradamente de los jihadistas.En unos días, este viernes 18, Mosul estará de fiesta. El cardenal Louis Raphael Sako presidirá la ordenación episcopal del padre Najib Mikhael Moussa, como arzobispo de Mosul y del padre Robert Jarjis, como auxiliar en Bagdad. Monseñor señala a los medios que “Los musulmanes están contentos por el regreso de “una autoridad cristiana”.
Para la Iglesia iraquí y para todo el país “es un día de celebración” y una confirmación del “dinamismo y vitalidad” de la comunidad cristiana, capaz de “enfrentar y superar los mil desafíos que surgen cada día”. Esto es lo que Louis Raphael Sako, patriarca caldeo, señala a AsiaNews , relatando la atmósfera en el corazón de dos importantes ordenaciones episcopales. El 18 de enero, el cardenal presidirá la consagración de su padre dominicano Najib Mikhael Moussa, el nuevo arzobispo de Mosul y el padre. Robert Jarjis, obispo auxiliar de Bagdad (Babilonia de los caldeos).
Para el primado caldeo, la nominación de Mosul tiene un significado particular, porque “es una fuente de esperanza” para toda la comunidad local. “Muchos musulmanes me llamaron el día después de la noticia, dice el cardenal, y me mostraron su alegría por tener una autoridad cristiana en la ciudad. “El obispo debe traer felicidad, debe ser una fuente de confianza en el futuro en una realidad que sale de la fatiga de una gran devastación”.
Iraq, Octubre 2016, Monseñor Sako visita las ciudades liberadas.
Para p. Najib, originario de Mosul, donde nació el 9 de septiembre de 1955, será “un gran desafío y una misión muy seria con gran responsabilidad”, admite Card Sako, quien también agrega que “él podrá hacer mucho” por el bien de la ciudad. “Él sabe bien esa realidad, explica, y puede presumir de muchas amistades y una importante red de relaciones personales” también con los musulmanes.
Grandes desafíos
Durante los años de ocupación del estado islámico, el padre dominicano (ordenado sacerdote el 16 de mayo de 1987) contribuyó a la labor de apoyo a las personas desplazadas de Mosul y la llanura de Nínive. Gracias a su formación como archivista, ha preservado de la destrucción parte del patrimonio cultural (cristiano y de otro tipo) de la metrópolis del norte.
“Los dos factores en los que debe insistir, subraya el primado caldeo, son la reconciliación y la confianza entre la gente de la ciudad, perdida debido a la violencia del ISIS y la ideología fundamentalista. El nuevo obispo tiene la tarea de reiniciar el diálogo y de alentar a los propios musulmanes a la reconciliación y la reconstrucción. Reconciliación y confianza, en una perspectiva de paz duradera”. Finalmente, tendrá que ayudar a los cristianos a “reconectar los hilos de la historia en Mosul, a revivir iglesias y lugares de culto, algunos de los cuales están entre los más antiguos e importantes para la Iglesia caldea. Son parte de la vida e historia de la ciudad”.
Junto con la p. Najib será consagrado también p. Robert Jarjis, de 45 años de edad, con estudios veterinarios a sus espaldas, durante siete años al frente de la parroquia de Santa Maria Assunta en el barrio de Mansour, en Bagdad y, hace unos meses, párroco de la Catedral de San José.
“La situación general en Irak está mejorando, explica monseñor Sako. Persisten los problemas relacionados con la economía, la falta de trabajo, pero al mismo tiempo hay “notas positivas, como el regreso de 16 mil familias en Mosul y en la llanura de Nínive. En el Kurdistán iraquí, en Erbil, Dohuk y Sulaymaniyah. La vida está de vuelta”.
Un 2019 de esperanza
Si el 2014 fue “el año negro” –con la huída del obispo, sacerdotes y fieles después del ascenso del Estado islámico (EI, ex ISIS)-, el 2019 que acaba de iniciarse será el año “del renacimiento, de los desafíos, tanto pastorales como sociales, y del retorno de los que huyeron”. Es lo que cuenta a AsiaNews Don Pablo Thabit Mekko, responsable de la comunidad cristiana de Karamles, en la Llanura de Nínive, en el norte de Irak, tras la finalización de las celebraciones de Navidad, que han estado “colmadas de gente” y se caracterizaron por una “gran participación”.
“Hay que hacer renacer la comunidad –explica el sacerdote-, dar un sentido a sus vidas, asegurar un trabajo y superar las preocupaciones”.
Las festividades navideñas “se desarrollaron con normalidad”, puesto que “la región ya ha alcanzado cierto grado de estabilidad”, a un año y medio de la derrota (al menos, militar) del movimiento yihadista. “Son elementos que infunden optimismo –agrega Don Pablo-, muestran que el momento oscuro ha quedado atrás. Las iglesias en Karamles, Qaraqosh y en muchas zonas de la Llanura de Nínive estaban adornadas, en cierto sentido se respiraba una atmósfera incluso más bella que la del período anterior a ISIS”.
“El nacimiento de Cristo –prosigue el sacerdote caldeo- es un momento de paz, de alegría y el deseo a futuro es que pueda representar un nuevo inicio. Ciertamente, sigue habiendo preocupaciones, pero el nombramiento de un nuevo obispo en Mosul [el padre dominico Najib Mikhael Moussa], precisamente con ocasión de las fiestas de Navidad, representa un elemento que infunde fuerza, [un elemento] de renacimiento pastoral y espiritual”.
Luego de años de violencia y terror, en la metrópolis del norte de Irak la vida está volviendo lentamente a la normalidad. “Hubiera querido celebrar una misa en la ciudad –confiesa el sacerdote- pero por problemas organizativos y de tiempo eso no ha sido posible. Había demasiadas celebraciones, con demasiadas familias en la Llanura de Nínive que esperaban participar de las funciones. Además, varias familias que han regresado recientemente y están viviendo en la ciudad, han preferido pasar las fiestas con parientes y amigos, quedándose en los pueblos”.
Una de las prioridades del futuro próximo es el “acondicionamiento de los edificios de la diócesis, empezando por las iglesias, ya que muchas de ellas ni siquiera tienen un techo para resguardarlas de la lluvia, o una puerta para impedir que arrojen basura al interior”. “En el plano pastoral, se podría comenzar con algunas misas de fuerte valor simbólico” –agrega- “reforzar las relaciones con las autoridades locales, los líderes religiosos, los voceros de los grupos étnicos y de la sociedad civil”.
Con el nuevo obispo, subraya Don Pablo, se tendrá que afrontar luego el tema del trabajo, ofrecer oportunidades de empleo para todos los que retornan a la ciudad, crear desde cero un centro que constituya un punto de referencia para los fieles, pensar en un plan pastoral. Son pasos que precisan de mucha dedicación, que requerirán tiempo, pero ahora hay que comenzar a cosechar los frutos de cuanto se está sembrando. Luego de la gran huida del 2014, ahora la zona está volviendo a poblarse y la presencia cristiana es un elemento visible en Mosul; la identidad cristiana es un factor esencial para la Llanura de Nínive”.
De la misma manera, en la relación con los musulmanes, la nueva Mosul también podría marcar una ruptura con respecto al pasado. “La ciudad –explica Don Pablo- no sólo ha sido liberada físicamente, sino también en el plano de la ideología. Muchos de los que promovían el oscurantismo se han ido. Las personas quieren respirar un aire nuevo, exigen diálogo y modernidad. Prueba de ello es que en las celebraciones de Año Nuevo [el sacerdote ha publicado algunos videos en su página de Facebook] han participado familias cristianas y musulmanas, que se han reunido en torno al árbol en la plaza central, un Papá Noel ha distribuido regalos a todos, y se ha podido pasar algunos horas juntos con alegría”.