Esta segunda fase requerirá una evaluación técnica de los daños y una selección de los edificios a reconstruir con prioridad, por lo que su ejecución llevará ciertos meses. Estamos estudiando también la posibilidad de apoyar proyectos destinados a la sanación, desde la fe, de las heridas y traumas generados por la grave situación, porque tenemos que ayudar a la gente a recuperar la esperanza.
¿Cuáles son los mayores obstáculos en su trabajo?
Por un lado, la imposibilidad de viajar al país por la actual inseguridad impide poder conocer la situación de primera mano y reduce la comunicación a medios online o telefónico. Por otro lado, es un reto poder tener una evaluación completa de los daños en los edificios en un tiempo corto, así como también es un reto gestionar una pronta reconstrucción de los edificios ya que se debe asegurar el cumplimiento de la normativa antisísmica y anticiclónica y la disponibilidad de materiales que actualmente vienen del exterior debido a la escasez a nivel local.
¿Cómo continuará la labor de Ayuda a la Iglesia que Sufre?
ACN continuará apoyando como pueda desde la oración y la solidaridad a la Iglesia en Haití y a su gente. Desde hace años sentimos con este pueblo que sufre pobreza y abandono, inestabilidad y violencia, y que encuentra en la fe y en la labor de las religiosas, sacerdotes y agentes pastorales un apoyo inigualable y en estos momentos imprescindible.
La fundación ACN tiene actualmente más de treinta proyectos para apoyar la labor de la Iglesia en Haití. Entre otros acaba de aprobar ayuda de emergencia para la distribución de carpas, alimentos, agua potable y medicinas; así como ayudas para las obras de reparación más urgentes de diez casas parroquiales de la diócesis de Jérémie para asegurar la coordinación de la labor social y pastoral de las parroquias tras el terremoto del 14 de agosto de 2021 en la diócesis.