Es hora de recuento, de introspección, de preguntarnos qué ha sido el 2018 para nosotros, qué esperamos del 2019 que está pronto a comenzar.
Para ayudarte con estas preguntas básicas que nos asaltan al poner fin a un año de esperanzas, de sacrificios, de alegrías, de bellos momentos y otros no tan agradables, te invitamos a meditar junto a nuestro fundador el padre Werenfried.
“Ha terminado un año y ha comenzado otro. Un año de historia mundial y un año de pequeños acontecimientos que nos suceden a nosotros personalmente. Un breve momento entre dos eternidades.
Un año no es mucho. Pero Dios nos lo da para que hagamos con él algo bello. Y por lo tanto, es mucho. Usémoslo para proporcionarle alegría a nuestro Señor Jesucristo, que vive en medio de nosotros en el más pequeño de Sus hermanos.
Las Escrituras dicen que Cristo vino a traer el fuego a la tierra. Eso fue hace dos mil años; pero El vuelve una y otra vez con el resplandor dorado de Su amor. Lo pone en nuestros corazones para hacerlos cálidos y generosos y llenos del brillo del amor divino. Con este fuego, debemos hacer luminoso y cálido el año que Dios nos ha concedido para aquellos que viven en el frío y en la oscuridad. Pues el Todopoderoso se deleita viendo arder el fuego de Cristo.
De manera que mi primer deseo es que lleven el fuego del amor de Dios a todo el mundo durante un año más”.
Werenfried,