El presidente iraquí, Barham Saleh, aseguró hace unos días que es necesario crear un ambiente propicio para que los cristianos de Irak regresen a sus hogares, después de que huyeran de sus localidades de origen en el norte del país por la irrupción del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en 2014.Según un comunicado de la presidencia iraquí, Saleh se reunió con el patriarca de la Iglesia asiria iraquí, Gewargis III, y pidió a los sacerdotes cristianos que desempeñen un “papel vital” en el proceso de regreso de los miembros de esta minoría religiosa, perseguida por los radicales del EI.
El jefe de Estado denunció que los cristianos fueron perseguidos y desplazados de forma forzosa por los yihadistas, que ocuparon amplias áreas del oeste y el norte de Irak, incluidas muchas localidades de población cristiana, como Qaraqosh.
La mayor parte de los cristianos pudieron huir del EI, pero también fueron asesinados, secuestrados o sometidos a duras normas y castigos en aquellos casos en los que permanecieron en sus hogares.
El presidente iraquí recordó que todos los grupos religiosos y sectas fueron víctimas de “la actitud criminal” del EI, aunque los cristianos y la minoría religiosa yazidí sufrieron especialmente la violencia.
Saleh destacó durante el encuentro la diversidad religiosa y étnica de Irak y la importancia de mantener la convivencia y el respeto entre todos los componentes de la sociedad, cuyo principal componente son los musulmanes chiíes.
Muchos cristianos iraquíes se refugiaron en la región autónoma del Kurdistán, próxima a sus localidades de origen en la provincia de Nínive, y una parte consiguió emigrar a otros países vecinos u occidentales.
No hay cifras oficiales sobre los desplazados y refugiados, pero se estima que más de 100.000 cristianos abandonaron sus hogares en 2014 huyendo de la persecución del EI.
Según el “Informe de Libertad Religiosa en el mundo”, publicado por Ayuda a la Iglesia que Sufre en noviembre de 2018, los cristianos de la llanura de Nínive empezaron a regresar a sus hogares el año pasado tras la derrota militar del EI en Irak en diciembre de 2017.