Desde domingo 5 de mayo al martes 4 de junio el mundo islamista celebra Ramadán. Un mes de dedicado a la purificación y al ayuno desde que sale el sol hasta que se pone. En un tiempo especial y todo cambia en las sociedades y países musulmanes. Se acorta la jornada laboral para permitir que las personas cumplan los preceptos sagrados.
Durante un mes los musulmanes esperan hasta las 7 pm (cuando el sol se oculta) para romper el ayuno, a ese primer alimento se le llama iftar. A partir de esa hora pueden comer hasta las 3 am (cuando el sol sale), a ese último alimento se le llama sahoor y así comienza el ciclo diario por un mes.
Además de comida se privan de agua, alcohol y de muchas otras cosas, pero todo se vive en un ambiente alegre y que invita a compartir.
Y eso es precisamente lo que hacen los cristianos durante este tiempo. Ayudar y acompañar para que los musulmanes pobres también puedan vivir el Ramadán.
Ejemplo de ello es Ramzi Ajaybi, un hombre de negocios cristiano que prepara comidas a diario en el centro de Luxor para los conciudadanos musulmanes que siguen el ayuno prescrito desde el amanecer hasta el anochecer en el mes santo de Ramadán.
Fides cuenta que Ramzi es un comerciante de aves de corral y alimentos congelados. El banquete diario ofrecido por el empresario copto viene preparado por chefs que trabajan en los hoteles de Luxor y se instala en una calle central de la ciudad egipcia. Mahareb Ajaybi, el hermano de Ramzi, lleva a cabo una iniciativa parecida en la ciudad turística de Hurghada.
Las webs vinculadas a las comunidades coptas, como CoptsToday, describen varias iniciativas particulares similares de parroquias y asociaciones cristianas que distribuyen alimentos y bebidas a sus vecinos musulmanes durante el Ramadán.
En los últimos años, la costumbre de ofrecer “banquetes de unidad” a sus conciudadanos musulmanes ha caído un poco en desuso a favor de la simple distribución de alimentos a las familias más necesitadas. Muchas comunidades cristianas han comenzado a utilizar los fondos previamente asignados para tales cenas en intervenciones en favor de los musulmanes pobres. Una elección hecha también a la luz de la crisis económica que está afectando a segmentos más población egipcia.