La reapertura de una catedral asolada por las bombas en Filipinas, seis meses después de los ataques terroristas que mataron a 20 personas, ha sido considerada como un testimonio de la fe y la resistencia de la Iglesia local a pesar de la continua amenaza del extremismo islámico.23 de julio de 2019, Jonathan Luciano, director de Ayuda a la Iglesia que Sufre en Filipinas, describió la fe y el coraje de la comunidad cristiana local que pudo sentir en la misa de re-dedicación de la catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo en Jolo.
Luciano dijo: “La seguridad era muy estricta: la policía y los soldados bloquearon una manzana entera de la ciudad. “Sin embargo, la catedral estaba repleta. Asistieron cientos de personas. Fue inspirador ver allí a las familias de las víctimas y los sobrevivientes de las explosiones”.
La ceremonia de dedicación se realizó para la fiesta del Carmen, advocación a la que está dedicada la Catedral y estuvo a cargo del arzobispo Gabrielle Caccia, nuncio apostólico en Filipinas, y del cardenal Orlando Quevedo, arzobispo emérito de Cotabato, otra diócesis en el país que también tiene una gran población musulmana.
El director local de ACN señaló: “El Cardenal Orlando describió cuán inspiradores eran las personas de Jolo debido a su fe y resistencia a pesar de la constante persecución”.
Asimismo, destacó la necesidad de un diálogo continuo entre cristianos y musulmanes. “En la nueva dedicación, el gobernador musulmán de Jolo habló de la asociación entre cristianos y musulmanes. Con esta reconstrucción y esta nueva consagración, el diálogo puede reiniciarse”.
“Al final de la misa, el arzobispo Caccia aseguró a la gente que la Iglesia de Cristo y la comunidad cristiana están con ellos. “No se olvidan ni se descuidan. Esto no solo se manifiesta con ayuda financiera, sino a través de la solidaridad de la oración en todo el mundo”.
En la oportunidad, en febrero, el grupo militante Abu Sayyaf se responsabilizó por el ataque con bomba en la Catedral, que tuvo lugar durante la misa de domingo en enero pasado, con más de 100 heridos y 20 muertos.
Hablando sobre el trabajo de ACN luego de la explosión, Luciano dijo: “ACN fue la primera organización en visitar el lugar -dos semanas después del atentado- y prometimos ayudar en las reparaciones. Es así que se colaboró con 35.000 euros para reparar el cielo y los techos de la Catedral de Nta. Sra. del Carmen., destruidos por las bombas de enero de 2019”.
Luciano también describió el programa para sobrevivientes y sus familias, basado en la reconstrucción de la Iglesia Duyog Marawi y las iniciativas de divulgación interreligiosas que se establecieron tras el asedio de Marawi por terroristas islámicos en 2017.
“Lo que se realizó en Marawi es un ejemplo de cómo debemos responder a crisis de este tipo: reconstruir la comunidad cristiana primero y luego reconstruir la iglesia real”.
Luciano advirtió que la amenaza de violencia por parte de un pequeño número de musulmanes radicales empeoraría a menos que la Iglesia actuara. Dijo: “Este es un mensaje para nuestros socios y benefactores de la misión. Espero que lo que ocurrió en Jolo realmente despierte su interés en ayudar a los cristianos perseguidos en Filipinas.
“Tenemos que reforzar la relación entre cristianos y musulmanes. Podemos vivir juntos en armonía”.