Porque cuando tenía sed… me diste de tomar.
En Injibara, en el noroeste de Etiopía, todas las mañanas la hermana María Luisa camina hacia el río a buscar agua para los huérfanos. Necesita hervirla para dársela a la pequeña Belina y a otros niños. El sueño de la hermana María es tener un pozo con una bomba de agua para su orfanato. Ella sabe que detrás de cada niño a su cuidado hay una tragedia; nadie los quiere. Sin embargo, huérfanos como Belina no sólo tienen sed de agua, sino también de amor. Amor que la Hermana María Luisa y su Congregación proveen.
Hoy en día, en todo el mundo, las religiosas que cuidan de nuestros hermanos y hermanas que sufren en todo el mundo, enfrentan peligros personales y mayores desafíos de los que podemos imaginar. Son MUJERES EXTRAORDINARIAS gracias a Dios, gracias a ti. Te invitamos a orar y apoyar con lo que puedas para que estas valientes mujeres puedan seguir haciendo el trabajo de Dios.
Tus oraciones y tu apoyo constante, ofrecen consuelo y esperanza.
¡Como el amor, su viaje de la fe nunca termina!
¡Actúa ahora! Tu donativo , ayudará a las religiosas para hacer su labor ante tanta gente que lo necesita. Dios te bendiga por cualquier regalo que puedas dar, por cada oración que puedas ofrecer.