Las fuerzas del orden eritreas han impedido el paso a las instalaciones de Zager. Las religiosas que lo dirigían fueron desalojadas, y no pudieron llevarse el equipo del hospital. En las últimas semanas se han cerrado 22 hospitales y clínicas católicas en el país africano.8 de julio, Vaticannews, En Eritrea, se cerró el último hospital católico. Lo dio a conocer la Agencia Fides explicando que este viernes las hermanas que dirigían la estructura de Zager fueron desalojadas por las fuerzas del orden y las puertas fueron selladas. Las religiosas fueron intimadas a abandonar el hospital inmediatamente y se les impidió que se llevaran equipos del recinto. El nosocomio brindaba servicios de maternidad y asistencia médica general a la aldea de Zager, a unos treinta kilómetros de la capital, Asmara.
Llamamientos de los obispos
En las últimas semanas, se han cerrado 22 hospitales y clínicas católicas. Algunos observadores leen en esta ola de requisiciones una respuesta del régimen de Isayas Afeworki a las críticas de la Iglesia a su gobierno. En sus cartas pastorales, los obispos católicos han pedido reformas políticas profundas en el país que, en la actualidad, no tiene una Constitución y nunca ha organizado elecciones presidenciales y legislativas. El gobierno ha respondido que los cierres se ajustan a las normas introducidas en 1995, que limitan las actividades de las instituciones religiosas: escuelas, proyectos agrícolas, hospitales y atención a los ancianos.
Las consecuencias para la población
El jueves pasado, otro grupo de monjas que dirigían un centro de salud en el sur del país recibió la orden de abandonar su residencia. Una de ellas declaró: “Esta acción hiere más a la gente común que a las organizaciones religiosas”.
Ya antes, frente al cierre de los primeros establecimientos, Profunda preocupación y fuerte condena: son los sentimientos expresados por Mons. Charles Kasonde, Presidente de Amecea, la Asociación de Miembros de las Conferencias Episcopales de África Oriental, ante la decisión del gobierno de Eritrea de cerrar 22 centros de salud gestionados por la Iglesia Católica local en las cuatro eparquías del país. Es un mensaje de solidaridad el de Mons. Kasonde que espera que se pueda encontrar una “solución amistosa” entre el Estado y la Iglesia en el país del Cuerno de África. “Que el Espíritu – se lee- alimente la esperanza y done el valor y la resistencia necesarios para la ardua defensa de los derechos de la Iglesia y del pueblo de Dios en Eritrea”.