En tiempos de pandemia, la Iglesia siembra esperanza y consuelo
¿Te imaginas lo difícil que debe ser cuidarse del coronavirus cuando no tienes agua potable ni jabón? ¿Has pensado en cómo viven este tiempo las familias que están en campos de refugiados porque la violencia los expulsó de sus casas? ¿Compartes la angustia de quienes viven en lugares donde no tienen la posibilidad de recibir atención médica?
Desde nuestro encierro, vemos con impotencia el sufrimiento de la enfermedad, el hambre y el desempleo. Sin embargo, hay una señal de esperanza que podemos transmitir. Esa compañía y consuelo que queremos dar, se puede hacer llegar a través de los sacerdotes, las religiosas y los misioneros: ayudándoles a servir a los más necesitados.
Mientras las Hermanas de San Carlo Borromeo llevan alimento para los más pobres en Filipinas, las comunidades cristianas reparten mascarillas, agua y desinfectante en las calles de la India. Mientras la Hermana Daniela Pukhalska trabaja como enfermera en un hospital de Ucrania, en Alepo, los niños sirios siguen recibiendo la leche que les da la Iglesia. Mientras el obispo Jean Désinord toca las campanas en Haití para invitar a los fieles a rezar por la superación de la pandemia, más de 50 comunidades religiosas del mundo se han unido en oración por la misma causa...
En medio de este sufrimiento, sacerdotes y religiosas trabajan incansablemente para mantener viva la fe y la esperanza.
Nosotros también podemos ayudar con nuestra oración y mediante donativos. Aquí encuentras algunos proyectos en los que puedes participar:https://www.acn-chile.org/nuestra-iglesia-en-tiempos-de-covid-19/