Las Iglesias rusas trabajan en conjunto para enfrentar los grandes problemas que afectan a la sociedad.
Según cifras de la OMS, cada año mueren en todo el mundo 200.000 personas a causa de las drogas y alrededor de tres millones por el consumo de alcohol. ¡Esto equivale a la población de una metrópoli como Madrid! Innumerables personas caen, a causa de la adicción, en un círculo vicioso del que ya no saben salir, sumiendo así también a sus familias en la desesperación.
A este problema global, también las Iglesias cristianas intentan darle una respuesta. En Rusia, las Iglesias Católica y Ortodoxa trabajan codo a codo para afrontar conjuntamente el desafío de acompañar y apoyar a los adictos y sus familias.
Por ello, en octubre de 2018 y con la ayuda de ACN, se celebró por segunda vez en San Petersburgo una conferencia ecuménica sobre el problema de las adicciones. Los participantes acudieron de Rusia, EE. UU., Alemania, Holanda, Polonia, Bielorrusia, Rumanía y otros países.
Peter Humeniuk, el responsable de Rusia en ACN que también participó en la conferencia, ha dicho: “La conferencia ha sido un foro importante en el que los representantes de ambas Iglesias no solo han abordado el tema desde un punto de vista teórico, sino que también han compartido sus experiencias concretas. Nosotros esperamos que este intercambio y cooperación ecuménicos ayuden a las personas afectadas y a sus familiares a salir de la oscuridad en la que están sumidos a causa de una adicción”.
Uno de los objetivos reside en desarrollar un programa para los seminarios mayores de ambas Iglesias, a fin de preparar mejor a los futuros sacerdotes, que también tendrán que lidiar con los problemas de los adictos en su futura labor pastoral. Además, también se quiere capacitar a los sacerdotes de ambas Iglesias para que sepan tener en cuenta en la pastoral las necesidades y problemas específicos de los adictos, pues la experiencia demuestra que, a menudo, estas personas tienen una gran necesidad de establecer una relación con Dios.
Entre los participantes estuvo también el sacerdote ruso-ortodoxo Sergej Belkov, que dirige con éxito desde hace unos veinte años un centro para drogadictos en la zona de San Petersburgo. Muchos de ellos han encontrado allí la curación en un ambiente familiar y en una vida marcada por la oración y la vida espiritual, la atención personalizada y el trabajo. ACN viene apoyando este proyecto desde sus inicios.
La conferencia en San Petersburgo ha sido un fruto más del grupo de trabajo católico-ortodoxo creado por iniciativa de ACN, como resultado del histórico encuentro entre el Papa Francisco y el Patriarca Kirill, celebrado en febrero de 2016 en La Habana. Este grupo de trabajo ya ha celebrado varias reuniones sobre los temas de la protección de los niños no nacidos y la lucha contra las adicciones. El objetivo de estas iniciativas reside en que cristianos católicos y ortodoxos busquen conjuntamente una respuesta a problemas acuciantes del presente, que unan sus fuerzas a la hora de afrontar los retos del mundo moderno y que compartan experiencias para que así se dé un acercamiento entre ellos.