En Ruanda las religiosas palotinas dejan su huella
Siempre admirados de la labor de las religiosas, en esta Cuaresma queremos destacar el trabajo de las hermanas palotinas y su gran amor por los hermanos más necesitados de sus comunidades.
“Dios es rico en misericordia”, escribe la Hermana Marta Litawa, de las Hermanas Palotinas en Ruanda, República Democrática del Congo y Uganda, y ella misma es testigo vivo de ello. Junto con las otras hermanas, ella está allí donde la necesidad es mayor, especialmente entre los niños enfermos y desnutridos, y los huérfanos.
La congregación tiene 39 hermanas y lleva a cabo diversos apostolados en centros de salud y escuelas, en el santuario mariano de Nuestra Señora de Kibeho y entre niños huérfanos.
Reciben cerca de 40.000 pacientes por año en cada uno de sus 6 centros de salud en la República Democrática del Congo. Cada centro ofrece servicios de consulta, un laboratorio, inyecciones, vendaje de heridas, atención de maternidad, hospitalización, programas de nutrición, vacunación, consultas prenatales y tratamiento del VIH / SIDA. En los centros nutricionales, algunos niños llegan en tal estado de desnutrición que les toma varias semanas tratarlos y recuperar un peso normal. Además del cuidado, las hermanas organizan clases de nutrición enseñando a los padres cómo preparar comidas balanceadas con productos locales y las animan a crear huertos para cultivar hortalizas.
Sin educación no hay futuro y aquí las hermanas también intentan ayudar. Dirigen dos escuelas en Ruanda. También brindan educación escolar para niños huérfanos y apoyan la educación espiritual, moral y escolar de los niños de la calle.
Además de todos estos diferentes servicios sociales, las hermanas Palotinas también están ansiosas por proporcionar “nutrición” espiritual. En Kibeho, el famoso Santuario Mariano de África, las hermanas dan la bienvenida a decenas de miles de peregrinos año tras año. Hoy en día, los peregrinos vienen de todas partes del mundo. Las hermanas les sirven y, por lo tanto, contribuyen a difundir el mensaje que la Santísima Virgen quiso enviar a todo el mundo, un mensaje de perseverancia que nos insta a orar cada vez más por la reconciliación y el perdón. También enseñan catecismo en escuelas y parroquias, preparan a los niños para la Primera Comunión así como a las parejas jóvenes para el sacramento del matrimonio…
En diciembre de 2016, la congregación tuvo la alegría de abrir una nueva misión en Uganda en la diócesis de Masaka. A petición del Obispo, 2 hermanas se establecieron para cuidar la catequesis en una nueva parroquia.
“Nuestro apostolado para los enfermos, los pobres y los huérfanos no es fácil, pero con la ayuda de ustedes con mucho gusto nos ofrecemos para este trabajo”, escribe la hermana Marta Litawa. Desde hace varios años, ACN ha estado ayudando a la congregación mediante la asignación de una “contribución de ayuda a la existencia” que permite a las hermanas llevar a cabo sus diversos apostolados y permite que algunas de ellas sigan estudios teológicos y profesionales para mejorar sus conocimientos.
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