Este fin de semana el Papa Francisco visitó Marruecos, fueron sólo dos días, pero sus palabras y gestos van a resonar un largo tiempo en los corazones de quienes tuvieron la oportunidad de estar presentes en los actos realizados, quienes lo siguieron por los medios e incluso para nosotros en Chile.Es así que durante la única Misa pública celebrada por el Pontífice en la ciudad un gesto llamó la atención e invitó al perdón, precisamente en el domingo del perdón de la liturgia de Cuaresma, el domingo de “Letare”. La cruz que presidió la ceremonia era una reproducción de la existente en el monasterio argelino de Tibherine, donde en 1996 fueron martirizados siete monjes y el anciano padre Jean Pierre Schumacher, el último superviviente de aquella matanza estuvo presente en el estadio.
“La tentación de creer en el odio y la venganza como medios legítimos para garantizar la justicia de manera rápida y efectiva siempre nos amenaza”, dijo Francisco ante los cerca de 10.000 fieles reunidos en el complejo deportivo, “pero la experiencia nos dice que el odio, la división y la venganza, lo único que logran es matar el alma de nuestros pueblos
El Santo padre se reunió con las autoridades, los religiosos, los fieles, los migrantes y también con el mundo musulmán. A todos nos invitó a redoblar los esfuerzos en pos de la paz y el entendimiento.
Redoblar el diálogo
El sábado por la mañana, a pocas horas de su llegada, el Santo Padre daba indicios de los que sería su visita al asistir a un centro de formación de imanes. El Instituto Mohammed VI de los Imanes, Predicadores y Predicadoras de Marruecos lo recibió y acogió sus palabras. Allí el Santo Padre fue recibido por el rey Mohammed VI, por el ministro de Asuntos Religiosos, el director del instituto y por el presidente del Consejo de los Ulemas.
El Instituto Mohammed VI fue inaugurado el 27 de marzo de 2015 por el actual rey de Marruecos y recibe estudiantes de varias partes de África y de Europa para ser formados como imanes y predicadores. Según se indicó, su objetivo es promover un islam tolerante.
Papa se refirió a este instituto “que Su Majestad ha deseado para ofrecer una formación adecuada y sana contra todas las formas de extremismo, que llevan a menudo a la violencia y al terrorismo y que, en todo caso, constituyen una ofensa a la religión y a Dios mismo”.
“De hecho, sabemos que los futuros líderes religiosos necesitan una preparación apropiada, si queremos reavivar el verdadero sentido religioso en el corazón de las nuevas generaciones”, afirmó.
Sus alumnos se encuentran repartidos por Africa y Europa dando muestras de un islam en dialogo. Y es que el Papa en su visita llamó en distintas oportunidades a oponerse al fanatismo y fundamentalismo a través de la solidaridad entre todos los creyentes. “Es indispensable oponer al fanatismo y al fundamentalismo la solidaridad de todos los creyentes, teniendo como referencias inestimables de nuestro actuar los valores que nos son comunes”.
Durante el encuentro con el pueblo marroquí, las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático realizado en la explanada de la Mezquita Hassan de Rabat, el Santo Padre destacó que “para participar en la edificación de una sociedad abierta, plural y solidaria, es esencial desarrollar y asumir constantemente y sin flaquear la cultura del diálogo como el camino a seguir; la colaboración, como conducta; el conocimiento recíproco, como método y criterio”.
“Este es el camino que estamos llamados a recorrer sin cansarnos nunca, para ayudarnos a superar juntos las tensiones y las incomprensiones, las máscaras y los estereotipos que conducen siempre al miedo y a las contraposiciones; y así abrir el camino a un espíritu de colaboración fructífera y respetuosa”, afirmó.
Un recuerdo a los mártires
Uno de los últimos actos de su visita fue la Eucaristía en el Estadio Deportivo Príncipe Moulay Abdellah de Rabat. La mayoría de quienes recibieron entusiasmados al pontífice eran extranjeros, estudiantes o trabajadores inmigrantes en Marruecos, que en algunos casos habían recorrido cientos de kilómetros para poder ver de cerca al Papa de Roma.
Durante su encuentro en la Catedral de Rabat con sacerdotes, monjas y representantes religiosos llegados de Marruecos y de otros países de África occidental, el pontífice apeló a los fieles en el país africano a entablar un “diálogo” abierto con el Islam. La Iglesia católica debe construir puentes con el mundo musulmán pero no por “moda” o por “estrategia” para aumentar el número de fieles, advirtió. “Los caminos de la misión no pasan por el proselitismo, que llevan siempre a un callejón sin salida”, dijo el pontífice ante la pequeña comunidad de consagrados y sacerdotes católicos en el país.
El papa Francisco se despidió del pueblo marroquí lanzando un llamado a la tolerancia religiosa y la fraternidad entre el mundo católico y el musulmán. Durante el último día de la visita que realizó este fin de semana a Marruecos, el pontífice recordó que todos forman parte de la misma familia, y arremetió contra el proselitismo, castigado por la ley marroquí, y las políticas de integrismo y división: “El problema no es ser pocos sino ser insignificantes”.
Francisco aterrizó este sábado en Marruecos -34 años después de la histórica visita que Juan Pablo II realizó en Casablanca- con una agenda marcada por el diálogo interreligioso y la condena explícita de los fanatismos, pero el pontífice también quiso demostrar su cercanía con la pequeña comunidad católica que vive en este país de mayoría musulmana. Los cristianos de Marruecos son menos de 30.000 en un país de 35 millones de habitantes. Y aunque existe libertad religiosa para los extranjeros, los marroquíes convertidos tienen que vivir escondiendo su fe, pues la mayoría de las veces son repudiados por su propia familia.