ACN.– En el día que la Iglesia católica recuerda al primer mártir de la historia, san Esteban, el papa Francisco, en el Ángelus, pidió rezar por las comunidades cristianas que sufren discriminación o incluso persecución en el mundo. “Manifiesto mi cercanía a las comunidades que sufren discriminaciones y les exhorto a perseverar en la caridad hacia todos, luchando pacíficamente por la justicia y la libertad religiosa”.
De hecho, el papa Francisco puntualizó: “Hoy, dos mil años después, vemos tristemente que la persecución continúa: hay persecución de cristianos… sigue habiendo -y son muchos- quienes sufren y mueren por dar testimonio de Jesús, como también hay quienes son penalizados a diversos niveles por comportarse de forma coherente con el Evangelio, y quienes luchan cada día por mantenerse fieles, sin aspavientos, a sus buenos deberes, mientras el mundo se ríe de ellos y predica otra cosa”.
Dar testimonio de la fe en Jesús
Cuando ha comentando el pasaje de los Hechos de los Apóstoles, el Pontífice ha explicado que, San Esteban, no puede dejar de dar testimonio de lo que le es más preciado: “Su fe en Jesús”. De hecho, ha explicado que esto “provoca la ira de sus adversarios, que lo matan apedreándolo sin piedad delante de un joven, Saulo”, que actúa como “perseguidor de los cristianos”.
Entonces, el Santo Padre propuso pararnos a pensar en esta escena: Saulo y Esteban, el perseguidor y el perseguido. “Entre ellos parece haber un muro impenetrable, tan duro como el fundamentalismo del joven fariseo y como las piedras arrojadas al condenado a muerte. Sin embargo, más allá de las apariencias, hay algo más fuerte que los une: a través del testimonio de Esteban, de hecho, el Señor ya está preparando en el corazón de Saulo, sin que él lo sepa, la conversión que lo llevará a ser el gran apóstol Pablo”.
Después, Francisco recalcó que “Esteban, su servicio, su oración y la fe que proclama, especialmente su perdón a punto de morir, no son en vano. Parecen terminar en la nada, pero en realidad su sacrificio siembra una semilla que, a contracorriente de las piedras, se planta, de manera oculta, en el pecho de su peor rival, para transformar su corazón de piedra en un corazón de carne”.
La libertad religiosa en el mundo agoniza
La libertad religiosa en el mundo agoniza. Este derecho humano fundamental no existe en uno de cada tres países (31%), es decir en 61 de los 196 que hay. Lo que supone que casi 4.900 millones de personas, el 62% de la población mundial, vive en países con graves violaciones a la libertad religiosa. El Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2023 (ILR 2023) de Ayuda a la Iglesia que Sufre también revela que la persecución por causa de la fe se ha agudizado y ha aumentado la impunidad.
Según el mapa elaborado en el ILR 2023, 28 estados (en la anterior edición eran 26) integran la lista de los países donde hay persecución religiosa (clasificados en rojo), los más peligrosos del mundo para practicar la fe libremente. Y en 33 (36 en la pasada edición) se produce discriminación (clasificados en naranja), con un empeoramiento claro de la situación en 13 de estos.
Cada edición del ILR alarma del socavamiento de este derecho fundamental, que está en caída libre: en 47 de los países categorizados la libertad religiosa ha empeorado y sólo en 9 la situación ha mejorado.