A 12 meses del secuestro de su hermano, el P. Walter Maccalli afirma que “no está tranquilo y que siempre está a la espera de recibir la buena noticia de la liberación de Gigi. Es como una herida que permanece abierta y que no cicatriza”.
A la pregunta de ACN de si cree en la liberación del P. Pier Luigi, la respuesta es inequívoca: “Claro que sí”. “Esa es la esperanza, su liberación. Sabemos que estas cosas llevan su tiempo, pero esperamos con fe y paciencia su puesta en libertad. Las oraciones que rezamos a diario en nuestra aldea las decimos con esa esperanza. Hay mucha gente que está rezando por él. Antes hacía el bien en la misión de Bomoanga, y estoy seguro de que sigue haciéndolo en su nueva misión”.
Actualmente en Liberia, el P. Walter tampoco está a salvo de posibles ataques como el que sufrió su hermano. No obstante, afirma no tener miedo. “Cuando estamos en una misión, no estamos pendientes del peligro que corremos, sino de nuestra misión, pues tenemos un compromiso importante que es anunciar el Evangelio. Lo importante es llevar a cabo la propia misión, por lo que no estamos pendientes de los peligros”.
Agradeciéndoles su solidaridad,
el P. Walter les pide directamente a los benefactores y amigos de la fundación pontificia ACN de todo el mundo que no se olviden de rezar siempre por los misioneros. “Que se acuerden de nosotros, los misioneros, en sus oraciones, que no nos abandonen, que sean siempre solidarios con su oración y con su ayuda, tan importante. Que sigan difundiendo noticias y testimonios de unidad y paz, para que estas persecuciones tengan fin. Que Dios los bendiga a ustedes y a sus familias. Muchas, muchas gracias”.