"For Sama": del asedio de Alepo a los Óscar, una experiencia femenina de la guerra, publicado por France24.com, Texto por:Juliette Geay
Después de los BAFTA y del Ojo de Oro en Cannes, la película 'For Sama' está en competición para ganar el Óscar al mejor documental de 2020. Waad al-Kateab grabó durante 5 años su vida en el asedio de Alepo en Siria. Tomó la decisión de quedarse allí con su bebé mientras las bombas caían a su alrededor. Es una historia poderosa y profundamente humana, que nos da una rara perspectiva femenina de la guerra.
"En qué vida te he traído. ¿Me perdonarás alguna vez?" Esa fue la pregunta desgarradora que Waad al-Kateab le hizo a su hija recién nacida en el documental 'For Sama', que ha sido nominado para los Premios Óscar 2020. La joven -que se volvió periodista y cineasta por fuerza de las circunstancias- grabó unas 500 horas de imágenes, documentando el asedio violento y mortal de Alepo.
La mujer filmó su vida cotidiana en el hospital donde trabajaba su espos, y donde también vivía con su hija Sama. Las vidas destruidas, las heridas, y las que pudieron salvar después de cada bombardeo. Es una historia de humanidad más allá de la guerra, que dedicó a su hija. Para que un día, Sama pueda entender por qué su madre se quedó.
Ahora la familia vive refugiada en Londres. El 18 de diciembre de 2019, Waad al-Kateab dio una entrevista al programa 'Middle East Matters', de France 24 en inglés, presentado por Sanam Shantyaei. Aquí está la versión traducida al español de su original en inglés.
-Usted logró humanizar el conflicto. Claramente, dio una voz a los niños, que rara vez se escuchaban. ¿Fue todo muy intencional?
-No sé cómo lo hice. Pero sí, son las personas que obviamente necesitábamos oír. Esos niños, esas mujeres, son los que (los medios de comunicación) no suelen mirar cuando hablan de Siria en las noticias. Yo vivía allí como mujer y como madre. Y sentí que nuestras voces necesitaban ser escuchadas. Por eso, traté de escuchar a todos, sobre lo que pensaban de la situación.
-Muchas veces usted está entre la vida y la muerte en la película. En algún momento dice "no quiero morir" y después, al regresar a Alepo, "puedo morir feliz ahora". ¿Es esa la realidad en la que estaban viviendo? ¿Esperando ambos?
-Nos hemos esforzado mucho para reflejar la verdadera experiencia del ser humano. Cómo pueden ser tan fuertes en algunos momentos y tan débiles en otros. Todas esas situaciones complicadas entre la esperanza y la desesperación. Siempre entre la vida y la muerte. Entre blanco y negro. Todas estas cosas se mezclaron en nuestras mentes y nuestros corazones. Realmente trato de explicárselo a la gente, tanto como pueda. Dándoles la oportunidad de pasar por esta experiencia y comprender qué significa.
-Existe este dilema moral a lo largo de la película: el hecho de que usted, su esposo Hamza y los demás tenían una causa muy importante. ¿Pero qué pasa con los riesgos que enfrentaban como familia y, por supuesto, con su bebé Sama?
-En el momento, no nos podemos realmente dar cuenta del riesgo y decir 'wow, es demasiado'. Porque perdimos a muchas personas. Muchas personas murieron, mientras luchaban por un país mejor para todos nosotros. No podemos simplemente decir que queremos quedarnos afuera. Somos parte de esa comunidad, debemos hacer lo mejor para todos. Ahora hay más de 6 millones de refugiados en todo el mundo. Muchas personas solo intentaban tener una vida mejor y no sobrevivieron. Así que somos las personas más afortunadas, realmente no podemos quejarnos.
-Hay algunos momentos muy gráficos en la película. Algunas personas mueren, hay familias quebradas. ¿Crees que ser mujer te dio el tipo de acceso que los hombres normalmente no tienen?
-En muchos lugares sí. Pero en realidad, sentí que los accesos que tenía fueron por ser parte de esta comunidad. Porque yo era una esposa, una hija y una madre que vivía con ellas todo el tiempo. Iba a las tiendas con estas personas, a la escuela. Estaba viviendo en el hospital donde la gente venía cuando resultaba herida. Creo que vivir esta experiencia me dio el acceso principal a la vida de las personas.
-Esta película llegó con un mensaje muy claro. "Dejen de bombardear a los hospitales". Es el mensaje que usted y Hamza llevaron al Festival de Cannes. La comunidad internacional no reaccionó entonces. ¿Crees que algo va a cambiar ahora?
-No sé qué esperar sobre eso. Pero creo que por lo menos tenemos que cumplir con nuestro deber, tenemos que hacer una gira con la película en todo el mundo. Llevamos la película a las Naciones Unidas, planeamos ir al Congreso estadounidense, fuimos a conocer a muchos políticos. Intentamos traer (a nuestra causa) a esas personas, las que pueden hacer una diferencia en el mundo. Queremos que vean 'For Sama', y hacerles entender cómo es la vida (en el asedio). Porque generalmente todas estas personas solo tratan con Siria sobre armas. Mientras ahora les damos este acceso. Esperamos alentarlos a asumir responsabilidades y hacer algo por las personas que siguen viviendo en Siria.
-Ahora que han solicitado el asilo en el Reino Unido. ¿Usted siente que es un nuevo comienzo? ¿O como todos los refugiados, se fueron con esta sensación de una gran pérdida?
-No creo que ningún refugiado en el mundo pueda pasar página y olvidarse de lo que quería. Esta experiencia que tuvimos, nada lo curará, aparte de la justicia. Todavía estamos buscando evidencias por parte de las personas que aún están en Siria bajo estas circunstancias. Tratamos de hacer lo que podemos desde aquí. Usamos nuestra plataforma ('Action for Sama') para contarle al mundo y recordarle lo que está sucediendo en Siria. Estamos buscando la reacción de las personas.
Casi dos meses después, la película ganó el premio BAFTA (el galardón de la Academia británica, que celebró su ceremonia el 2 de febrero) y espera llevarse el Óscar este domingo 9 febrero en Los Ángeles. La película, que se estrenó hace seis meses, sigue su gira, pero Waad al-Kateab está cada vez más desesperada por la falta de acción a nivel internacional para salvar a la población siria.
El 7 de febrero, al-Kateab publicó una columna de opinión en el diario estadounidense The New York Times titulada We Are Left to Face Death Alone" ("Nos dejan enfrentar la muerte solos"), en apoyo a los sirios desplazados de Idlib.
En ese texto, escribió: "La semana pasada me reuní con funcionarios de la Cámara de Representantes y del Senado (de Estados Unidos). En cada reunión, tengo solo unos minutos para explicar lo que está sucediendo en Idlib. Les cuento todo y parece que no hay nada. No creo que cambie nada. El pueblo sirio ha sido abandonado".
Otra película siria está en competición para los Premios Óscar, "The Cave", de Feras Fayyad. Esta relata la historia de Amani Ballour, una mujer pediatra que salvó a miles de personas, entre ellas niños, en las sombras de un hospital subterráneo cerca de la ciudad de Damas, en Siria. Ella también espera traer luz sobre su experiencia y recordar al mundo la guerra en Siria, que entrará en su décimo año en el 2020.