Gracias es lo primero que se nos ocurre al recordar esta importante fecha mundial. Gracias a todos aquellos que dan su vida por ayudar a que otros, que en esos momentos lo están pasando mal, puedan sentir la mano cariñosa de sus hermanos.El día mundial de la asistencia humanitaria fue instituido por la Asamblea General de la ONU en diciembre de 2008. “Con la designación de este Día se pretende dar una mayor difusión a las actividades de asistencia humanitaria en todo el mundo y también rendir un homenaje al personal de asistencia humanitaria que ha perdido la vida o ha sufrido lesiones mientras realizaba su labor.”
La Asamblea General invita a todos los países, a las entidades del sistema de las Naciones Unidas y a las organizaciones internacionales y no gubernamentales a celebrar este Día todos los años organizando actividades pertinentes.
“En el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, las Naciones Unidas hacen un llamado para centrar la atención en los millones de civiles afectados por los conflictos armados. Esta terrible situación los ha llevado a dejar sus hogares y a luchar cada día para encontrar comida, agua y refugio seguro. Los niños son reclutados y utilizados para luchar, las mujeres son abusadas y humilladas. A medida que los trabajadores humanitarios entregan ayuda y los trabajadores médicos atienden a los heridos y enfermos, se les ataca directamente, se les trata como amenazas y se les impide llevar ayuda y asistencia a quienes los necesitan con desesperación”.
Ayuda a la Iglesia que Sufre sabe de estas vicisitudes y acude rápidamente a encontrarse con los hermanos allí donde lo necesitan. Guerras, persecuciones, catástrofes, huracanes, sequías, hambrunas, y cualquier crisis, especialmente aquellas que afectan a los cristianos perseguidos, nos moviliza. Hoy estamos en Venezuela, Irak, Nigeria, Irán, República Centroafricana, Sudán, entre otros. Allí proveemos de alimentos, medicinas, unas palabras de consuelo, compañía para los refugiados y desplazados, en síntesis esperanza de que todo puede ser mejor, es lo que lleva en su morral cada uno de los servidores de Ayuda a la Iglesia que Sufre y que pone a disposición de las iglesias locales.
Todos podemos ayudar. No quedes fuera.