A la crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19 en India se suma la destrucción generada por el paso de
Amphan. El ciclón más poderoso que ha azotado al país en una década y que devastó grandes extensiones de tierra en Bengala Occidental y en la vecina Bangladesh, donde fallecieron 16 personas.
Vientos de hasta 185 km por hora, barrieron las ciudades y provocaron intensas inundaciones, derribaron techos, arrancaron árboles y destruyeron el cableado eléctrico.
En el sitio de Asianews se puede leer un triste informe. El ciclón Amphan, que la semana pasada azotó Bengala Occidental y Orissa, dejó 87 muertos (86 en Bengala Occidental; uno en Orissa) y provocó daños que pesan sobre la vida de cuando menos 18 millones de personas.
El Pbro. Franklin Menezes, de Seva Kendra, el brazo social de la arquidiócesis de Calcuta, enumera: “Al menos el 60% de los árboles – muchos, de más de 100 años – fueron arrancados de raíz, produciendo un desastre ecológico. Estos árboles cayeron sobre los techos de las casas y cabañas, destruyendo cientos de miles de viviendas, sobre todo aquellas más pobres o menos firmes. Los árboles también cayeron sobre los postes de luz, con lo cual muchas aldeas todavía siguen sin electricidad, sin internet, sin energía para las bombas, y por tanto, tampoco tienen agua. La falta de agua potable, de comida caliente y de un techo son las necesidades más urgentes. Pero también está el problema de las calles, que han quedado cortadas por [la caída de] árboles. Especialmente en los vecindarios del 24 Paraganas South y North, todavía no ha sido posible la llegada de los socorristas. La limpieza de las calles y el barrido de obstáculos es tarea del ejército, que trabaja junto a numerosos voluntarios.