¡¡Gracias!! gracias a la ayuda de cada uno de ustedes y de sus oraciones, personas de todo el mundo tienen la oportunidad de vivir su fe y ser acompañados por sacerdotes.
Queremos compartir con uds algunas de las cartas recibidas dando cuenta de las grandes y “pequeñas” cosas que han realizado gracias a los fondos aportados por cada una de las personas que da dinero y oraciones por las causas de Ayuda a la Iglesia que Sufre.
Causas sencillas, pero que cambian vidas. Un auto viejo -Lada 1600- que necesita reparaciones en Cuba para trasladar al párroco por 12 comunidades que forman su comunidad en la diócesis de Santa Clara y que sin un vehículo atendería en forma muy precaria. La parroquia Nuestra Señora de la Esperanza y su párroco Andy Pérez agradecen con sinceridad todo el apoyo recibido.
Dinero para la operación y recuparación de un sacerdote que necesitó operarse de una hernia.
Leticia de 45 años, dos hijos pequeños, agradece el dinero -recibido a través de su párroco- para reconstruir su casa destruida por el tifón.
Desde Rosario en Uruguay el párroco se asombra de cómo reparaciones menores en el mobiliario y oficinas de la parroquia devolvieron la esperanza a una comunidad alicaida. “¡No se imaginan lo que me han ayudado a mostrar a esta comunidad que encontré tan negativa y desesperanzada que es posible salir adelante y buscar nuevos horizontes!” E insiste “Poco a poco, se van viendo los brotes de vida que auspician un reflorecimiento de la comunidad por la gracia de Dios y ustedes han sido parte de este esfuerzo”.
Historias que llegan a la oficina central de Ayuda a la Iglesia que Sufre en Alemania y dan cuenta del trabajo realizado en las diócesis para poner en practica la generosidad de todos aquellos que colaboran con ACN y confían en su labor.