(Agencia Fides) – El p. Guy-Robert Mandro, párroco de Fataki, ha sido gravemente herido, en el territorio de Djugu, en Ituri, al este de la República Democrática del Congo.
La agresión tuvo lugar el 10 de marzo a lo largo de la carretera que conduce a Kondoni, un pueblo no lejos de su parroquia, donde el sacerdote iba en moto para verificar la situación de seguridad de la zona, después de haber recibido informes el día anterior sobre la presencia de hombres armados.
Según testigos, al menos dos personas, incluido el párroco, resultaron gravemente heridas por arma blanca por un grupo de hombres identificados como pertenecientes a la CODECO (Coalición de Demócratas Congoleños), uno de los varios movimientos armados que actúan en la zona.
Por suerte, el p. Mandro logró escapar a pesar de las varias heridas de machete infligidas en la parte posterior del cuerpo, en la cabeza y con tres dedos amputados. Debido a las graves condiciones, el sacerdote fue trasladado en un helicóptero de la MONUSCO (Misión de la ONU en la República Democrática del Congo) desde Fataki a Bunia para recibir el tratamiento médico adecuado. En una declaración oficial, la diócesis de Bunia ha condenado el ataque y ha pedido a las autoridades competentes que investiguen el asunto para que los autores de estos actos sean encontrados y llevados ante la justicia.
La Diócesis de Bunia se encuentra en la región de Ituri, rica en oro, en el noreste de la República Democrática del Congo, que ha estado experimentando un conflicto interétnico entre las comunidades pastoralistas Hema y agrícola Lendu desde la década de 2000. Sin embargo, la violencia se intensificó en diciembre de 2017.
Según la Oficina Conjunta de Derechos Humanos de la ONU (UNJHRO), los grupos armados de Lendu se han hecho conocidos por llevar a cabo ataques contra Hema y miembros de otros grupos étnicos con el objetivo de tomar el control de la tierra y los recursos.
El informe de enero de 2020 de UNJHRO también indica que entre diciembre de 2017 y septiembre de 2019, al menos 700 personas murieron debido a la violencia, 168 más resultaron heridas y 142 fueron abusadas sexualmente.