Esta mañana, a primera hora, con la Santa Misa comenzó la visita ad limina de los obispos venezolanos. En Roma está la Conferencia Episcopal completa, salvo uno, monseñor Freddy Fuenmayor, obispo de Los Teques, quien debió quedarse en su diócesis al ser asaltado en vísperas de su partida.La noche del domingo en Los Teques, capital del estado de Miranda, cerca de Caracas, dos hombres armados atacaron al Obispo Freddy Fuenmayor, su madre y su hermana en su residencia en el seminario de la ciudad. Tras encañonarlos y amordazarlos los antisociales huyeron en la camioneta del obispo llevándose objetos de valor. Preocupa al prelado, la sustracción del tabernáculo con el copón de su oratorio.
Con monseñor estaban su madre y una hermana que cuidarían la casa mientras él permanecía –junto a la Conferencia Episcopal- en Roma para la visita Ad Limina.
La prensa local informó que supieron detalles por las redes sociales. En twitter, @divinavoluntad señaló la noche del domingo: “A primeras horas de la mañana, dos sujetos armados violentaron la residencia episcopal de Los Teques, en Venezuela, amordazando al Sr Obispo, Mons. Freddy Fuenmayor, pistola en pecho, Profanaron su oratorio privado llevándose el Sagrario con el copón”.
Según las estadísticas, Venezuela es considerado el segundo país más peligroso de América Latina, con 89 muertes violentas por cada 100.000 habitantes en 2017, lo que se traduce en 26.616 homicidios, según la Agencia Venezolana de Noticias sobre la violencia.
Mientras, en Roma, los obispos comenzaron las jornadas de oración y reflexión en las que abordarán la grave crisis humanitaria que sufre la nación sudamericana.
Lo recuerda monseñor Mario Moronta, obispo de San Cristóbal y primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV). Su diócesis, ubicada en el fronterizo estado de Táchira y por donde pasa el mayor flujo de venezolanos hacia Colombia. Dijo que conversó con el Sumo Pontífice “unos segundos sobre todo el trabajo que junto con el obispo de Cúcuta (Colombia) estamos realizando en la frontera colombo-venezolana”. Indicó al respecto que “ha sido una experiencia muy bonita, una experiencia de fe”.
Explicó -igualmente- que “dos horas antes de la audiencia general (del miércoles 5 de septiembre) tuve la oportunidad de concelebrar con tres sacerdotes venezolanos en las grutas vaticanas”, tras lo cual “hemos podido visitar a varios sacerdotes venezolanos”.
Antes de seguir con su trabajo, señaló: “Saludo de una manera muy especial a todos los que están trabajando en la atención de tantos migrantes que por nuestras calles y nuestras carreteras están pasando hacia Colombia”, acentuó, no sin antes ratificar su agradecimiento al obispo de Cúcuta.
En palabras del prelado venezolano, el personal colombiano: sacerdotes, laicos, religiosos; así como todos los sacerdotes y laicos de diversas parroquias “están atendiendo con desinterés a tantas personas que incluso pasan días sin comer en su camino hacia la frontera”.
A todos ellos, finalizó: “Que Dios les bendiga y les acompañe. ¡Dios les pagará con creces!”.
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