Cuando se puso en marcha el programa de emergencia, cientos de personas comenzaron a presentarse en la oficina, dispuestas a dedicar su tiempo y energía a ayudar. Desde entonces, la oficina permanece abierta día y noche. “Nosotros aceptamos a todo el mundo”, dice Julka, que es voluntaria de ACN Polonia desde hace mucho tiempo. Julka afirma que no esperaba un número tan elevado de refugiados, pero que también le sorprendió la intensa actividad de los voluntarios. “Hay muchísimos, y a veces trabajan las 24 horas del día”, añade.
Entre los que prestan apoyo a los necesitados está Damián, seminarista, que se desplaza todos los días desde en el seminario mayor de los salvatorianos en Bagno, a casi 40 kilómetros de distancia de Breslavia. “No tenemos clases hasta el mediodía, así que nos ofrecimos a ayudar. La mitad de los seminaristas hemos estado colaborado durante todos estos días”, explica.
El P. Andrzej Paś reconoce que la coordinación de toda la iniciativa ha supuesto un reto enorme. “Para ser voluntario, hay que unirse al grupo de Facebook Ayuda a Ucrania - PKP Wrocław (ACN Breslavia). Hay que ser parte del programa”, explica. Cada día aparece nueva información en este grupo. “Proporcionamos información sobre todo lo que se necesita”, dice Julka. Hay continuamente mensajes sobre lo que se necesita: un día, por ejemplo, son mantas, sacos de dormir, vendas, compresas y pañales. Otro día se necesitan urgentemente calcetines nuevos y zapatos de niño de los números 33 a 39.
Gracias al trabajo de los voluntarios, los productos que se entregan en la oficina de ACN son debidamente empaquetados y clasificados. “Pedimos que nos traigan artículos nuevos y sin estrenar, y en el caso de los alimentos y medicamentos, recordamos que deben tener una fecha de caducidad lejana”, explica el P. Andrzej Paś. La ayuda prestada por los benefactores y amigos ha sido tan grande que han tenido que abrir un almacén adicional cerca de Breslavia. Los primeros envíos para los que esperan ayuda urgentemente, ya han partido hacia Ucrania.