¿Cuáles cree usted que fueron los principales frutos de la visita del Papa en 2019?
El Papa vino a dar esperanza. Mucha gente viene a pedirme consejo sobre qué hacer con su vida y con la situación del país. La visita del Papa ha reforzado el deseo de la población de hacer frente a la vida diaria. En mi caso, me ayudó a reforzar mi convicción de trabajar por el bien. Nos hemos acostumbrado a la fe. Es muy fácil acostumbrarse a ir a misa, por ejemplo. Pero es primordial entender qué significa ser cristiano verdaderamente. Es necesario estar convencidos de la propia fe, de descubrir la necesidad de rezar, de entrar en contacto con el Señor, con Dios. Es necesario que nuestra fe vaya más allá de la costumbre, que descubramos nuestra necesidad real de la fe. Por eso, la visita del Papa ha sido un impulso para reavivar nuestra esperanza.
La población en el país es, en general, muy pobre. Sumado a esto, el país ha sufrido mucho por varios desastres naturales en los últimos años. ¿Cómo ha afectado esto la pastoral de la Iglesia?
Estas catástrofes, los ciclones, las inundaciones definitivamente han agravado la situación de pobreza de la población. Todos hemos estado muy preocupados por esto. Pero hemos logrado trabajar en equipo, las diócesis que no han sido muy afectadas han apoyado a las diócesis que más han sufrido las consecuencias de estas catástrofes. Hemos vivido la solidaridad y el amor en estas circunstancias.
Otros países del continente africano han sufrido violencia en nombre de la religión. ¿En su país se ha visto violencia de este tipo?
En nombre de la religión no ha habido violencia en nuestro país. Hay un crecimiento elevado de construcción de mezquitas en muchos sitios, pero la relación entre cristianos y musulmanes es buena, no hay violencia, no hay odio, podemos cohabitar. Sin embargo, no sabemos qué puede pasar si el número de musulmanes en el país sigue aumentando. Pueden venir extremistas musulmanes de otras partes, como ha pasado en otros países africanos donde se ha dado violencia contra los cristianos.