Ayuda a la Iglesia que Sufre nos invita a una campaña mundial de oración por Nicaragua sumida en graves enfrentamientos entre el gobierno y quienes quieren derrocarlo. Nos preocupan las miles de personas que sufren por los disturbios; aquellos que no pueden salir de sus hogares, acudir al trabajo o a los establecimientos educacionales, acceder a medicinas y alimentos a causa de la violencia en las calles.La Iglesia católica en Nicaragua está asumiendo un papel fundamental en la crisis que este país sufre desde el pasado abril y es por ello que ACN promueve una campaña de oración por la grave crisis que atraviesa el país centroamericano.
En un principio, el Gobierno pidió a la Iglesia que fuera mediadora. Y así lo hizo. Pero como ésta no puede mostrarse neutral ante la violencia y la injusticia que están sufriendo los nicaragüenses, el Gobierno ha reaccionado atacando y amenazando de muerte a sacerdotes y obispos. “Necesitan nuestra oración”: “Recen por el amado pueblo de Nicaragua” nos decía hace unos días el Papa Francisco.
Así quedó la Parroquia Jesús de la Divina Misericordia en Managua luego que policías y paramilitares trataran de entrar.
Alrededor de 320 muertos, más de 1.300 heridos y 500 detenidos es el balance, a julio de 2018, de la represión que el gobierno ejerce sobre la población nicaragüense.
Este país de Centroamérica está viviendo su crisis más sangrienta desde los años 80. El pueblo ha salido a la calle y el ejército le hace frente sembrando el terror.
La Iglesia se ha vuelto la institución más creíble para el pueblo nicaragüense, mientras el Gobierno ha desatado una guerra mediática para atacar, calumniar y amenazar de muerte a sacerdotes y obispos. El Papa Francisco nos pide oración “por el amado pueblo de Nicaragua” y manifiesta su deseo de unirse a “los esfuerzos de los obispos en su rol de mediación para el diálogo, en el camino a la democracia”.
“Nos sentimos especialmente orgullosos de la Iglesia en Nicaragua y queremos seguir apoyándola, como llevamos haciendo desde hace años”, expresan desde las oficinas de Ayuda a la Iglesia que Sufre.