Especialmente Los niños y jóvenes sufren la omnipresente violencia. Muchos están traumatizados. Además, los jóvenes carecen de una ocupación razonable y con perspectivas de futuro: la mayoría de las escuelas llevan varios años cerradas, los niños están abandonados a su suerte, algunos jóvenes se han unido a grupos armados, el consumo de drogas y la promiscuidad han aumentado. Además, la falta de escolarización hará que, a largo plazo, haya aún más personas en situación de pobreza que antes.
La diócesis de Mambfe, en el marco de su pastoral juvenil, puso en marcha un programa de educación para la paz de un año de duración, que nuestros benefactores hicieron posible aportando 20.000 euros. El objetivo era promover una cultura de no violencia y paz, pues la violencia se está extendiendo a todos los niveles de la sociedad, hasta en el nivel familiar. “No debemos olvidar que no es posible una evangelización eficaz en un entorno marcado por la violencia y los conflictos”, afirma Roland Arrey, especialista en pastoral juvenil. “Las diferencias de opinión pueden ser inevitables, pero la violencia no lo es. Para evitar una espiral incesante de violencia, hay que intentar promover la paz y la tolerancia, no incitar al odio y la desconfianza”.
Durante un año, jóvenes de las 27 parroquias de la diócesis se reunieron una vez al mes, durante un fin de semana, en un programa de formación que incluía asimismo momentos de culto y oración en común. Estos cursos se complementaban con emisiones de radio que también podían escucharse en pueblos lejanos.