En otras siete parroquias la labor se limita a la iglesia principal porque gran parte de las carreteras están bloqueados por los terroristas, que controlan gran parte de redes de comunicación terrestre y también han destruido las redes de comunicación telefónica, por lo que es imposible para los sacerdotes desplazarse o comunicarse con ninguna de las aldeas que suelen atender. Las cuatro parroquias restantes conservan todavía una escasa libertad de movimiento.
Hasta septiembre, el trabajo pastoral podía realizarse en un tercio (29%) de la diócesis. Es decir, en 155 de los 532 pueblos y aldeas que la componen. En abril de 2022, el número de las aldeas que pueden ser atendidas se había reducido a 29, es decir un 5,5%.
Persecución islamista desde 2015
La razón es el terror islamista que ha estado asolando el país desde 2015 y se está extendiendo cada vez más. Si bien inicialmente parecía que los yihadistas no estaban particularmente interesados en los cristianos, esto ha cambiado desde 2019.
Desde el inicio de la crisis las poblaciones sufren violencia, asesinatos y abusos de todo tipo. Muchas personas son secuestradas, algunas son liberadas después de ser interrogadas, otras detenidas y otras asesinadas, dice el informe. Todos los días hay enormes robos de ganado. Todo esto genera pánico en la población y provoca la huida de muchas personas. Muchas comunidades se han convertido en pueblos fantasma.
Modus operandi de los yihadistas
El informe cita el testimonio de un sacerdote local, que narra el modus operandi de los terroristas. El 28 de febrero de 2022, fueron incendiados el cabildo y la comisaría en la localidad de Tambaga (Tombaga) al Este de la diócesis. A los pocos días los terroristas rodearon el mercado y ocuparon las calles. Los habitantes fueron llevadas a la mezquita e invitados a convertirse al islam: 'Issa (Jesús) había venido, pero su misión ha terminado. Él prometió que vendría alguien más como su sucesor, y ese es Mahoma. Después de eso, fueron a quemar la escuela secundaria católica, la escuela secundaria de la ciudad y una escuela privada”, informa el sacerdote, quien huyó a los pocos días.