Evangelio y la verdad es más importante que nunca para los sacerdotes y religiosos. La
gente busca consuelo y lo encuentra en la fe. Mons. Oleg Butkevych, obispo de Vitebsk,
me dijo que los habitantes de Bielorrusia viven a menudo en un conflicto de conciencia
porque han vivido situaciones en las que han tenido que actuar contra su propia
conciencia.
Dice Mons. Butkevych que la gente debería dirigirse a Dios y confiar en su
misericordia. Dios no rechaza a nadie, sino que perdona a todo aquel que reza. El mal
debe ser combatido con el bien, un buen ejemplo son las mujeres en las calles que, con
blusas blancas, han abrazado a los hombres de la milicia y han puesto flores en sus
escudos. Pensé que el hombre post-soviético es desconfiado, que no muestra iniciativa y
no le gusta asumir responsabilidad, pero creo que estos días en Bielorrusia han
demostrado lo contrario.
¿Cómo es la relación dentro de las denominaciones cristianas en Bielorrusia? ¿Qué
sucede con el diálogo interreligioso?
Actualmente, las oraciones conjuntas por la paz en el país son también un signo de la
gran solidaridad entre las Iglesias. La Iglesia ortodoxa y representantes de varias
denominaciones cristianas, el judaísmo y el islam se han unido a Mons. Kondrusiewicz
en su petición de oraciones a nivel nacional. El presidente de la Conferencia Episcopal
católica de Bielorrusia ha dicho que no hay verdad donde prevalece la violencia, que
todo acto dirigido contra Dios y el hombre es un pecado grave. El metropolitano
ortodoxo Pavel también pidió renunciar a la violencia, diciendo que el odio y la agresión
no son la solución.
Al principio de Covid-19 todas las denominaciones se unieron para
rezar contra la pandemia. Algo así , según Mons. Kondrusiewicz, no había sucedido
nunca antes. Aunque ya hubiera esfuerzos conjuntos de las Iglesias católica y ortodoxa
para la protección de la vida, contra el aborto, y en pro de la familia son conocidas desde
hace años.
¿Qué perspectivas de futuro ve para Bielorrusia?, ¿qué camino tomará el país entre la
autocracia y la democracia?
Bielorrusia es un país maravilloso, con hermosos paisajes, lagos y muchos recursos
naturales. Los koljoses, las granjas agrícolas colectivas, pertenecen al Estado. Sin
embargo, la gente deja los pueblos y se va cada vez más a las ciudades para encontrar
trabajo. En todas partes hay orden y limpieza, las carreteras son muy buenas. Así lo he
visto y experimentado en mis viajes relacionados con proyectos. Hay muchas
universidades en el país con buenos profesores y a los jóvenes les gusta formarse. Todo
esto crea oportunidades para desarrollar una conciencia de libertad y democracia, por lo
que es muy importante que se produzca un diálogo abierto y constructivo con los que
están en el poder. La voz de las Iglesias es crucial aquí, porque sólo la verdad puede
salvar al pueblo.
Los cristianos practicantes de Bielorrusia pueden ser un gran ejemplo
para los países occidentales por el modo en que viven su fe. Mons. Kondrusiewicz pidió
a todos los benefactores de ACN que recen por la paz y contra el odio.