Hasta ahora, los principales objetivos del yihadismo en el noroeste del continente habían sido Malí, Burkina Faso, Níger, Chad, Camerún y Nigeria.
Debido a la amenaza terrorista, la Iglesia en el norte de Benín también ve limitada su labor pastoral, destaca la fundación ACN, citando como ejemplo a las religiosas benedictinas del convento de "Notre Dame de l'Écoute" (Nuestra Señora de la Escucha), sito en la diócesis de Natitingou desde hace 17 años.
Con gran dolor y pesadumbre, este año las benedictinas se han visto obligadas a abandonar su convento por un periodo de tiempo indefinido y se han trasladado a Parakou, en Benín central.
“Éramos conscientes de ser un objetivo prioritario, pues somos un grupo de siete religiosas con muchos factores en contra nuestro: somos extranjeras, blancas y mujeres”, explica la Hna. Ana, socia de proyectos de ACN.
Natitingou se encuentra a cien kilómetros de la frontera septentrional del país, donde limita con Burkina Faso. Ya a finales del año pasado, las religiosas habían sido advertidas del creciente riesgo de secuestro de extranjeros en la región.
La propagación de la violencia y la inseguridad obstaculizan el crecimiento de la joven diócesis de Natitingou, que está llena de vida y donde la evangelización comenzó en 1942, hace ochenta años. Benín mismo recibió a sus primeros misioneros hace 160 años. En la actualidad, un 25% de la población es católica.