Balance anual de ACN: Unos 123 millones de euros para los cristianos necesitados
Aumentan las donaciones pese a la crisis del coronavirus
En el ejercicio 2020, la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) reunió donativos por valor de 122,7 millones de euros para los cristianos necesitados y oprimidos. En comparación con el año anterior, la organización caritativa, que cuenta con oficinas nacionales en 23 países, recaudó 16,4 millones de euros más, lo que supone un aumento del 15,4%.
La fundación pontificia ha presentado su informe del año 2020 en una conferencia de prensa digital el 18 de junio. “La pandemia ha agravado drásticamente las necesidades de aquellos cristianos que, en muchas regiones y de la noche a la mañana, se han quedado literalmente sin pan y sin salario. Además, los sacerdotes y religiosos no saben cómo llegar a fin de mes”, ha explicado el presidente ejecutivo de ACN, Thomas Heine-Geldern.
“Durante esta crítica situación, sin embargo, los benefactores han seguido siendo fieles a la fundación pontificia. Esta generosidad nos llena de gratitud, pues no era previsible, sobre todo porque la crisis también ha traído muchas incertidumbres y dificultades económicas a nuestros benefactores. Nos alegra especialmente que el número de nuestros benefactores en todo el mundo haya aumentado”, ha señalado Heine-Geldern.
4.758 proyectos financiados en 138 países
Con los ingresos por donativos, la fundación pontificia financió en 2020 actividades por un volumen total de 102,1 millones de euros. 20,6 millones de euros no se pudieron desembolsar hasta el primer semestre de 2021 debido a los retrasos relacionados con la pandemia.
El 79% de los fondos gastados en 2020 se destinaron a proyectos, información, apoyo a los medios de comunicación y campañas de oración: en total, se apoyaron 4.758 proyectos. Aproximadamente el 8% se destinó a la administración y el 12,5% a la atención a benefactores y captación de donantes. ACN se financia íntegramente con donativos y no percibe ingresos derivados de impuestos ni de otros fondos públicos.
Tras el estallido de la pandemia, la fundación pontificia financió 401 proyectos de ayuda relacionados con la enfermedad por un importe de más de 6,2 millones de euros para paliar las mayores necesidades. Así, entre otros, se equipó a religiosos y sacerdotes con material de protección para su ministerio, para que pudieran proseguir con su labor pastoral y se compensaron sus carencias económicas causadas por la COVID19.
La pandemia cambia las prioridades regionales
En 2020, alrededor de un tercio (32,6%) de la ayuda total a proyectos de ACN se destinó a África. “Nos preocupan especialmente los países de la región del Sahel, debido al terror que la sacude y que la pandemia ha agravado la situación de las personas que se han visto obligadas a huir. En muchos casos, la Iglesia es la única institución que acompaña a la población”, ha explicado Heine-Geldern.
Mientras que Medio Oriente – en particular Siria e Irak- ocupó el primer lugar en la financiación de ACN durante muchos años, en 2020 la región ha recibido menos ayuda, con un 14,2% del dinero desembolsado. “Esto tiene que ver con la pandemia: muchos proyectos de reconstrucción tuvieron que detenerse por falta de abastecimiento de materiales de construcción. No obstante, esta región sigue siendo muy importante para nosotros”, ha asegurado el presidente de ACN.
Tras la explosión en el puerto de la capital libanesa de Beirut, el 4 de agosto de 2020, la fundación pontificia lanzó un programa de ayuda de emergencia para el país que alberga a la mayor comunidad cristiana de Medio Oriente. Así, por ejemplo, se distribuyeron alimentos inmediatamente después de la explosión. Otras ayudas se destinaron a la reconstrucción del barrio cristiano de Beirut, que se vio gravemente afectado. Allí, ACN centró su apoyo en la rehabilitación de iglesias y conventos. En 2020, la ayuda al Líbano ascendió a casi cuatro millones de euros.
En 2020, otra prioridad fue Asia (18% de los fondos destinados a proyectos). Allí, la mayor parte de las ayudas se destinó a la India: unos 5,4 millones de euros. Este continente se ha visto especialmente afectado por la pandemia, y, en ocasiones, la minoría cristiana se ha visto privada de asistencia pública. En Pakistán, por ejemplo, ACN apoyó la distribución de ayuda entre los cristianos que habían perdido sus medios de sustento como consecuencia de la pandemia.
Desde la construcción de iglesias a vehículos para la pastoral: ACN ayuda
Como en el pasado, la lista de proyectos financiados en todo el mundo estuvo encabezada por la ayuda a la construcción. Con la ayuda de ACN se construyeron, renovaron o reconstruyeron 744 iglesias, casas parroquiales, conventos, seminarios mayores y centros parroquiales tras la destrucción causada por la guerra y el terrorismo. Un ejemplo es la catedral maronita de San Elías en Alepo (Siria), fuertemente dañada por misiles entre 2012 y 2016, que pudo ser reinaugurada en julio de 2020.
“Especialmente durante la crisis del coronavirus, las intenciones de misa son un signo de unidad en la oración y para muchos sacerdotes la única fuente de ingresos. En 2020, pudimos ayudarlos con más de 1,7 millones de estipendios de misa”, ha explicado Heine-Geldern. De esta forma, uno de cada nueve sacerdotes del mundo recibió esta forma de apoyo directo y espiritual.
Entre los candidatos al sacerdocio, uno de cada ocho recibe ayuda de ACN para sus estudios o alojamiento en el seminario: En 2020, ACN apoyó a 14.000 futuros sacerdotes.
En muchas regiones del mundo la crisis del coronavirus ha sellado la fuente de ingresos de las religiosas, con ayuda para su sustento básico, la formación y el mantenimiento de sus apostolados, ACN apoyó a más de 18.000 religiosas durante el 2020.
Otro ámbito vital apoyado por ACN es y sigue siendo el del transporte pastoral, mediante el cual sacerdotes y catequistas pueden llegar a los fieles incluso en zonas remotas e inaccesibles. La lista de vehículos suministrada con la ayuda de ACN incluía 783 bicicletas, 280 coches, 166 motocicletas, 11 barcos, dos autobuses y un camión.
ACN da voz a los cristianos oprimidos mediante información, oración y ayuda práctica directa
“La pandemia y sus consecuencias seguirán ocupándonos en el futuro”, concluyó la Dra. Heine-Geldern. “Y al mismo tiempo, la terrible situación en el continente africano, donde el terrorismo y la violencia se están extendiendo cada vez más, es motivo de gran preocupación para nuestra organización benéfica. Tan importante como abordar la necesidad material externa es la necesidad de darles voz y rostro a estos cristianos oprimidos y perseguidos. Hacemos esto en ACN International a través de información, oración y ayuda práctica directa. Estamos felices y agradecidos de poder contar con el generoso apoyo de nuestros amigos y benefactores de todo el mundo en este trabajo ”.