La Conferencia Episcopal venezolana abrió su convocatoria con una exhortación en la que pidió a los políticos tomar en cuenta el sufrimiento del pueblo y poner coto al hambre y la desesperanza.
En la apertura de la asamblea plenaria, el Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, Mons. José Luis Azuaje Ayala, Arzobispo de Maracaibo, realizó una lectura de los acontecimientos principales del 2018, y se centró en el sufrimiento del pueblo en el año concluido, y la incertidumbre del año que inicia.
Y de paso agradeció las palabras y oraciones del Santo Padre que –una vez más- abogó por el pueblo venezolano.
En la reunión que sostuvo el Papa con el cuerpo diplomático acreditado ante la santa sede, Francisco dijo unas palabras sobre Venezuela: “Para la amada Venezuela, que se encuentren vías institucionales y pacíficas para solucionar la persistente crisis política, social y económica, vías que consientan asistir sobre todo a los que son probados por las tensiones de estos años y ofrecer a todo el pueblo venezolano un horizonte de esperanza y paz”, informó la agencia EFE.
Para la Conferencia Episcopal Venezolana un nuevo mandato de Nicolás Maduro se ha hecho “ilegítimo y moralmente inaceptable”. Así lo afirmó el presidente de la instancia de la Iglesia Católica, monseñor José Luis Azuaje, arzobispo de Maracaibo, al leer un comunicado luego de finalizada la primera jornada de la Asamblea Ordinaria del organismo que agrupa a los obispos venezolanos.
Las palabras del organismo fueron fuertes: “Por desgracia quien ha dirigido el gobierno nacional durante estos últimos años, produciendo un deterioro humano y social en la población y en las riquezas de la nación, está empeñado en proseguir la misma cartilla, sin cambios significativos en la economía y en el mejoramiento de las condiciones de vida de los Venezolanos, por lo que en su desempeño se ha hecho ilegítimo y moralmente inaceptable”, afirmó. “Seguir el mismo camino hasta ahora transitado es llevar al despeñadero al pueblo”.
En el documento, los prelados alertaban y ponían en duda la legitimidad del nuevo período de gobierno del presidente Nicolás Maduro. “¿Legítima?, ¿ilegítima? La historia, cuando sea el momento, a través de los actores que propiciaron unas elecciones tan dudosas en un marco de ventajismo, dará su veredicto”, dijo el presidente de la CEV ante los periodistas.
En el comunicado se afirma que un nuevo mandato de Maduro “se ha hecho ilegítimo y moralmente inaceptable”, pues su gobierno ha causado “un deterioro humano y social en la población y en las riquezas de la nación”.
Todas las afirmaciones del escrito producido hoy por los prelados se basan en la descomposición social y económica que sufre el país día a día. “Con este racimo de deterioro, podemos imaginarnos los sufrimientos que tendrá que pasar el pueblo en un nuevo período de gobierno, si no se ponen las correcciones necesarias que pasa por un cambio integral de política y de actores políticos”, reiteró monseñor Azuaje.
Igualmente puntualizó que la Asamblea Nacional, cuya nueva directiva se instaló el sábado, es “el único órgano legítimo”. Exhortó a los diputados a trabajar “para que se recomponga el orden democrático desde el ámbito constitucional”. Pese a que insistió en dejar claro que el papel de la Iglesia no es el de un actor político, Azuaje fue enfático en pedirles a los opositores venezolanos “consolidar una unidad política, dejar los intereses partidistas, los intereses personales para entrar en un interés social, del pueblo”.
Monseñor Azuaje, en el discurso inaugural de la asamblea, llamó la atención sobre la necesidad de acciones contundentes de todos para paliar la crisis: “Lamentamos que no haya un ápice de sensibilidad social con las instituciones colapsadas. Se ha jugado con el sentimiento de las personas más pobres que luchan a diario por llevar la comida a su mesa. Todos los venezolanos estamos llamados a comprometernos por salir de la crisis que vivimos”.
“Ningún venezolano, de la tendencia política que sea, -insistió- puede pensar que el país tiene futuro al andar por el mismo camino y por los mismos protagonistas. No solo deseamos tener en cuenta los peligros que nos acechan como pueblo, sino también tener la mirada en las soluciones”, afirmó.
Algunos Gobiernos reducen realidad a pleito de políticos
El Presidente de la CEV lamentó la dura realidad que vive el país, que -dijo – mal la pueden imaginar en su extensión e intensidad, los gobiernos de otros países que “miran incrédulos” o “la reducen a un pleito de políticos incapaces de entenderse”. Y acusó la “desestructura” del tejido social, que incentiva una “estrategia” de hacer “masa” al pueblo. Así señaló la necesidad de “ser conscientes que el pueblo es un sujeto colectivo que se distingue de la masa por la conciencia y organización, y aglutina distintas fuerzas y grupos sociales en torno a un proyecto común”.
Necesaria la unión de venezolanos dentro y fuera del país
La realidad actual del país, – dijo luego Mons. Azuaje – hace ineludible incentivar un cambio y “la clave y fuerza para lograr este cambio integral de política y líderes es la unión de los venezolanos dentro y fuera del país”: “Es necesaria hoy más que nunca la organización comunitaria en torno a un ideal de reconstrucción del país” […] “Despertar la conciencia y reaccionar con libertad ante una sociedad dependiente, con una política de dádivas, es el trabajo que tenemos por delante”.
El compromiso eclesial
Ya en los últimos pasajes del extenso discurso, Mons. Azuaje Ayala delineó el nuevo plan trienal 2019-2022, que contiene, entre otras cosas, el servicio de la vida desde una visión profética que abarca la denuncia y el anuncio, la promoción de la cultura del encuentro, la promoción de la responsabilidad política.
En el final del discurso, parafraseando al Cardenal Bergoglio el Presidente de la CEV concluyó: tenemos por delante “una nación por construir” y hemos de “ponernos la patria al hombro”. Con San Juan XXIII recordó que los que oprimen a otros y los despojan de su debida libertad no pueden contribuir a esta unidad de las inteligencias, de los espíritus, de las acciones. Y ante los desafíos venideros, señaló tener muy presente lo expresado por San Juan Pablo II cuando exhortó a no tener miedo de la propia verdad.
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