EL pueblo está viviendo la Pasión de Cristo antes de la Semana Santa
Por su parte la Hna. Maria Lúcia Ferreira, de la Congregación de Hermanas de la Unidad en Antioquía, confirma a la oficina portuguesa de la fundación pontificia ACN que “las cosas están empeorando mucho”.
“Por ejemplo, el gas se intercambia por vales, para cada familia hay [solo] una bombona al mes”, explica la Hna. Maria Lúcia, quien añade que la situación es tan grave que “apenas se puede comprar comida”. “Los que llegan los últimos, se van de vacío...”. De la misma manera, la religiosa explica que “hay escasez” de combustible para calentar las casas, la electricidad falta casi todos los días y el dinero vale cada vez menos.
La religiosa señala la crisis del vecino Líbano como una de las causas de esta situación. A través del Líbano llegaba mucha financiación que ahora es imposible.
Análisis en el que coincide Mons. Nassar, que asegura que la crisis bancaria del país vecino está trayendo graves dificultades a la ayuda humanitaria de varios países del mundo para Siria. Lo que el arzobispo denomina la “ruta de Simón de Cirene”- la ruta de la solidaridad con el que carga la cruz – ha sido bloqueada sin compasión, lo que lleva a un empeoramiento total.
La crisis en el Líbano ha bloqueado las cuentas del pueblo sirio, tanto de empresas como las cuentas privadas, desde las que se llevaban lo que Nassar denomina ‘movimientos de caridad’. Según el prelado esta nueva situación ha empobrecido también a la Iglesia, que no es otra cosa “que un Muro de Lamentación donde uno llega a llorar, a pedir ayuda y a buscar sin ostentación y en silencio algún consuelo, a vivir la Pasión de Cristo antes de la Semana Santa.“