En Abu Dabi, en el Golfo Pérsico, más de 5.000 migrantes celebraron la PascuaEsta ciudad es la segunda más importante en los Emiratos Árabes Unidos, un país donde más del 70% de la población es musulmana y los cristianos son una pequeña minoría que alcanza el 12%. En su mayoría son migrantes.
En Abu Dabi, Mons. Paul Hinder, vicario apostólico de Arabia del Sur, celebró dos Vigilias Pascuales, en las que participaron al menos 5.000 personas. Además, al día siguiente, el Domingo de Resurrección, hubo 23 misas celebradas en 13 lenguas distintas, con la participación de cientos de personas en cada una de ellas.
El servicio litúrgico para un número tan grande de personas fue eficiente gracias a la exhaustiva preparación por parte de varios grupos de voluntarios: lectores, el coro, las personas encargadas de adornar el altar y el servicio técnico. Otro elemento significativo, vinculado al inmenso número de fieles, es que en el atrio de la iglesia también se contó con un servicio de refrigerios: allí, varios fieles filipinos preparaban con antelación la comida (arroz, carne, verduras, etc.) o bebidas, o fruta, que luego ofrecían a cambio de una contribución a quienes venían de muy lejos. Para soportar el calor, con temperaturas que superaron los 35º, había un servicio de enfermería.
Otro dato relevante de esta celebración de Pascua es que, junto a la catedral, se levanta una elegante mezquita que hace un par de años cambió de nombre: el príncipe reinante, a quien estaba dedicada, prefirió llamarla “María, madre de Jesús”, como signo de tolerancia y amistad. La decisión de cambiar el nombre de la mezquita refleja las iniciativas de los Emiratos Árabes Unidos para fomentar la tolerancia religiosa en la zona.
Se calcula que en los Emiratos Árabes Unidos residen alrededor de un millón de católicos, la mayoría de procedencia extranjera. Los fieles reafirmaron su fe con el viaje del Papa Francisco a principios de febrero (3 al 5) quien se transformó en el primer Pontífice en visitar la península arábica. En la oportunidad el Papa señaló que se ha escrito una nueva página en la historia del diálogo entre cristianismo e islam, y en el compromiso de promover la paz en el mundo sobre la base de la fraternidad humana”.