Nos duele esta noticia. Es alguien que conocimos y admiramos y que hoy no está con nosotros. El 13 de julio, militantes Fulani irrumpieron en la casa de Solomon Yuhwan y le dieron muerte. No era la primera vez que Solomon vivía esta situación, pero desgraciadamente fue la última.
A Solomon lo conocimos en Nigeria y su testimonio caló hondo en ACN. Por eso la oficina de ACN en Malta lo invitó en abril de este año a compartir su historia. El 11 de abril, él junto al sacerdote Polycarp Lamma contaron a los presentes, lo que es vivir en Nigeria.
“Vienen por la noche gritando y al amanecer dejan un rastro de destrucción con cadáveres de mujeres, niños y hombres cuya única culpa es su creencia cristiana”.
Esta es la experiencia angustiosa de Padre Polycarp Lamma, un párroco en la diócesis de Jalingo, al noreste de Nigeria, que ha sido testigo de la persecución continua de cristianos a manos de pastores musulmanes radicales. El mismo salvó su vida el 5 de junio del año pasado, precisamente el día de su cumpleaños. “Me escondí debajo de un montón de basura y pasé cuatro horas escondido, hasta las 4.30 de la mañana, cuando terminó el ataque”
Recuerda que los problemas comenzaron en 2014, cuando los pastores Fulani, un grupo étnico seminómade que vivía en las regiones centrales de Nigeria, intensificaron sus incursiones en granjas pertenecientes a cristianos.
“Vivimos en paz hasta 2014, cuando los pastores de Fulani cometieron un ataque grave en el pueblo. Quemaron todo, incluyendo 43 centros religiosos, incluido el salón parroquial”, relató.
“Cuando atacan comienzan a disparar, pero no antes de alertar a los agricultores musulmanes sobre su intención”, agregó. Afortunadamente, cuando usan armas, los oímos venir y tenemos más posibilidades de huir”.
Sin embargo, cuando se acaban las municiones, continúan matando y sus armas se convierten en machetes e incluso hachas.
Solomon Yuhwam, también católico, trabajaba como agricultor y acompañó al padre Lamma durante su breve visita a Malta para compartir sus experiencias con los militantes fulani y cómo sobrevivió a anteriores ataques. En su mano derecha tenía la cicatriz de un ataque del que solo sobrevivió por milagro, después de lanzarse entre los cadáveres de sus compañeros aldeanos que no tuvieron tanta suerte.
Esta vez a Solomon los fulani lo buscaron en su casa y le dieron muerte. Era padre de tres hijos y colaboraba en la Iglesia de su comunidad en un pueblo en el estado nororiental de Taraba.
El padre Lamma dijo que su visita a Malta era parte de su misión para crear conciencia global sobre la persecución en curso, independientemente de las consecuencias que pueda enfrentar cuando regrese a casa. “Soy sacerdote, no tengo hijos, no tengo esposa. Esta es mi misión y confío en que Dios me protegerá”, agregó.
Desgraciadamente, Solomon pagó con su vida su valentía y coraje de hablar para que occidente entienda la grave situación que enfrentan.