Seguimos rezando por las víctimas de Filipinas y a través de esta entrevista a un misionero que vive en la región hace muchísimos años vamos entendiendo un poco más la realidad de Filipinas. Un país que creíamos libre de la barbarie y la persecución religiosa.
28 enero, Los obispos filipinos han publicado una nota lamentando los tristes hechos ocurridos en Jolo. “Condenamos este acto de terrorismo que se ha registrado a pocas horas del referéndum sobre la Bangsamoro Organic Law (BOL). Mientras iniciamos una nueva etapa del proceso de paz con la creación de la Región Autónoma Bangsamoro en el Mindanao musulmán (BARMM), pedimos a nuestros hermanos cristianos estrechar las manos de todas las comunidades musulmanas e indígenas amantes de la paz, en defensa frente al extremismo violento”, dice la nota.
Para entender mejor la situación, les entregamos la visión del padre Sebastiano D’Ambra, siciliano, 76 años, con 52 de sacerdocio, más de cuarenta de ellos vividos en Mindanao.
Sebastiano D’Ambra es un veterano misionero experto en el diálogo por la paz, para evitar que el yihadismo arrastre a más gente a la violencia en Filipinas
Sebastiano D’Ambra, un misionero del Instituto Pontificio de Misiones Extranjeras (PIME), que vive en Mindanao desde hace más de 40 años, es un experto en el diálogo por la paz en el sur de Filipinas, a través de su movimiento Silsilah. Ha dedicado su vida a una misión imposible, al menos para algunos: hacer que musulmanes y católicos se encuentren, redescubriendo el nexo que los conduce al único Dios.
“Ex capital del Sultanato de Sulu –explica el Padre D’Ambra – Jolo es un lugar histórico para la comunidad islámica de Mindanao. Los cristianos representan una minoría muy pequeña. Con el correr de los años, la violencia y las amenazas de los grupos radicales los han empujado a huir de la ciudad. En este momento sólo quedan algunos miles. La catedral de Jolo se encuentra en el centro de la ciudad y siempre está vigilada por militares, porque constituye un blanco sensible. En el pasado, las relaciones entre musulmanes y cristianos solían ser buenas. La ubicación céntrica de la catedral lo demuestra. En el último tiempo, con el avance de varios grupos fundamentalistas, el lugar de culto terminó bajo la mira de quien quiere su destrucción”.
“Desde el año 2000, la iglesia y los espacios circundantes han sido objeto de varios atentados: nueve en total, que costaron la vida de 11 personas y heridas a otras 59”.
Mientras que casi toda las regiones musulmanas de Filipinas aceptaban con un “sí” mayoritario la creación de una región autónoma en Bangsamoro, en las islas de Sulu se votaba “no”. “En Jolo, en el referéndum triunfó el ‘no’, un hecho extraño, pero previsible: un líder islámico muy influyente, Sakur Tan, invitó a la población a oponerse a la autonomía. Sus planes políticos no son muy claros, pero la etnia que él representa, los Tausug, siempre han manifestado descontento en relación a los Maguindanao, el grupo islámico llamado a pilotar la fase de transición hacia el Bansgamoro autónomo”, explica el padre D’Ambra.
El veterano misionero tiene un consejo: “la gente no debe desalentarse, debemos esperar que los musulmanes se ubiquen en primera línea. Si bien es cierto que, por un lado, los atentados de Jolo harán que aumente el miedo, por otro, infundirán más coraje”.
En las islas de la provincia de Sulu, donde viven 1,6 millones de habitantes, la inmensa mayoría de la población es musulmana o indígena de creencias animistas, y apenas hay unos 30.000 católicos, con una docena de sacerdotes y cinco parroquias.
Filipinas tiene un Estado aconfesional y 102 millones de habitantes, de los que un 80% son católicos, un 10% protestantes y un 5% musulmanes, concentrados en las regiones del suroeste. Si quieres saber más consulta nuestro Informe de Libertad Religiosa.
ATENTADOS CONTRA LA CATEDRAL DE JOLO
El obispo Angelito Rendon Lampon, que fue obispo en Jolo y ahora es el nuevo arzobispo de Cotabato, recordó: “En mis 20 años [en Jolo], desde 1998 hasta la semana pasada, lanzaron siete granadas contra nuestra catedral”.
Este es el recuento:
3 de junio del 2000: Arrojan una granada a la catedral, sin víctimas. Esos días se negociaba una liberación de rehenes.
27 de marzo de 2006: Unas bombas matan a 5 personas y causan 17 heridos en un edificio multiusos para actividades solidarias y cooperativas cerca de la catedral. La Policía declara que los terroristas habían pensado primero en atacar la catedral pero después pensaron que el nuevo objetivo servía a la vez de blanco religioso y comercial.
7 de julio de 2009: Artefacto improvisado explota ante una tienda a 100 metros de la catedral, mata a 6 personas, hiere a 40. La policía encuentra otros 2 artefactos similares en una motocicleta a 100 metros de la catedral.
27 de octubre de 2009: Una granada explota justo fuera de la catedral antes de la hora de comer: solo hay daños materiales
31 de diciembre de 2009: Una granada frente a la catedral, tarde en Nochevieja, hiere a un soldado
10 de enero de 2010: Explota sin causar heridos una granada justo al lado del muro de la iglesia en un domingo por la mañana, 20 minutos antes de misa. La Catholic News Agency cita testigos que vieron a un hombre tirar la granada contra las tumbas de dos obispos allí enterrados.
21 de mayo de 2010: Una granada explota en la plaza frente a la catedral, dañando su portón de entrada. No causa heridos.
1 de agosto de 2012: Una granada cae sobre el techo de la catedral y explota sin causar heridos.
14 de agosto de 2013: Una granada explota fuera de la catedral, dejando al menos una persona herida.
27 de enero de 2019: Doble atentado con hombres-bomba suicidas, separado por unos segundos. El recuento más detallado de víctimas mortales es de cinco soldados, un miembro de la guardia costera y 12 civiles; además otras 83 personas resultaron heridas. Entre los heridos hay 6 niños entre 5 y 10 años.
Comunicado de los obispos de Filipinas
Los obispos católicos, reunidos en nuestra asamblea plenaria en Manila, hoy hemos recibido tristes noticias del Pbro. Romeo S. Saniel, OMI, administrador apostólico de Jolo, sobre los atentados con explosivos perpetrados contra la Catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo durante la misa dominical.
Expresamos nuestras condolencias a las familias de los numerosos soldados y civiles asesinados por las explosiones. Asimismo, expresamos nuestras condolencias a aquellos que resultaron heridos y extendemos nuestra solidaridad a los demás fieles que se encontraban en la Catedral así como al resto de la comunidad eclesial en la vicaría apostólica de Jolo.
Al mismo tiempo, condenamos este acto de terrorismo que se ha registrado a pocas horas del referéndum sobre la Bangsamoro Organic Law (BOL). Mientras iniciamos una nueva etapa del proceso de paz con la creación de la Región Autónoma Bangsamoro en el Mindanao musulmán (BARMM), pedimos a nuestros hermanos cristianos estrechar las manos de todas las comunidades musulmanes e indígenas amantes de la paz, en la defensa contra el extremismo violento. Que todas las religiones de paz puedan guiarnos en nuestra búsqueda de un futuro más luminoso para los pueblos de Mindanao.”