Dos sacerdotes ,Iván Levytsky y Bohdan Heleta, fueron capturados por las fuerzas rusas el 16 de noviembre y están acusados de liderar la resistencia en la ciudad ocupada de Berdiansk. A pesar de constantes esfuerzos, la Iglesia no ha logrado su liberación, y se teme que estén siendo torturados, ha afirmado el arzobispo mayor Shevchuk.
“No hemos recibido ninguna información oficial sobre nuestros sacerdotes ni sobre otras personas en las cárceles rusas. Sólo obtenemos información de personas que compartieron celda con ellos y que recuperaron la libertad: son ellas las que nos informan de cómo y dónde están. Así es como al menos podemos estar seguros de que siguen con vida, y seguir esforzándonos por rescatarlos”.
La comunicación directa con las autoridades rusas no es posible, pero el lider de la Iglesia greco-católica ucraniana -la mayor iglesia católica del país, y la tercera confesión cristiana después de las dos Iglesias ortodoxas- explicó durante la conferencia a que la diplomacia es la apuesta más segura y que el Papa Francisco ha sido aquí un actor clave:
“Estamos muy agradecidos a todos los diplomáticos de Ucrania, pero sobre todo al Papa Francisco por su mediación para rescatar a los prisioneros y rehenes de guerra. No es una tarea fácil”.
Cada vez que visita una parroquia, explica el arzobispo mayor, reúne información entre los residentes acerca de sus familiares retenidos como prisioneros de guerra. La Iglesia envía una lista de nombres al Vaticano, y el Papa Francisco se asegura de hacerla llegar a la embajada rusa. Muchos ya han sido liberados de esta manera.
“Los ucranianos suelen criticar a cualquiera que tenga relación con Rusia, pero estamos muy agradecidos al Papa Francisco y a la Santa Sede por mantener el contacto con la parte rusa, porque sin eso no podríamos rescatar a nadie”, asegura Sviatoslav Shevchuk.
Millones de desplazados y residentes sin electricidad
Entretanto, la Iglesia sigue auxiliando a tantos como puede con ayuda, en gran parte proporcionada por ACN: en el primer año desde la invasión a gran escala, la fundación ha contribuido a financiar más de 200 proyectos con más de 9,5 millones de euros, y de esta ayuda se han beneficiado directamente más de 15.000 personas.
Además de los siete millones de personas que han huido del país, hay unos ocho millones de desplazados internos. El invierno está siendo especialmente duro, ha explicado el arzobispo mayor Shevchuk. “Al principio, la gente se trasladaba al oeste del país, pero los más pobres, que no pueden hacerlo, buscan la ciudad segura más cercana donde refugiarse”.
Los que han podido regresar a sus hogares afrontan muchas dificultades.
“Se ha liberado casi la mitad del territorio ocupado, pero allí los que regresan se encuentran ciudades destruidas e infraestructuras inexistentes. Muchas personas están regresando, pero no tienen electricidad ni medios para sobrevivir. Rusia está bombardeando sistemáticamente infraestructuras críticas: el 50% de la red eléctrica está destruida”.