Sin embargo, el proyecto más importante tiene que ver con ayudar a las personas a regresar a sus hogares lo más rápido posible. Para esto, sin embargo, es necesario que las casas sean inspeccionadas por ingenieros, para asegurarse de que no haya riesgo de derrumbe.
Afortunadamente, según Xavier Stephen Bisits, las nueve iglesias cristianas diferentes que están presentes en Alepo tienen una excelente relación de trabajo y ya han tomado la iniciativa en este sentido.
“El miércoles por la noche se reunió en Alepo el Sínodo de obispos católicos y reunió un equipo de ingenieros que van a empezar a evaluar los daños en las casas de las familias cristianas, y el costo aproximado de cada una, y esto es algo que espero que ACN pueda ayudar, y esperamos poder hacerlo de una manera muy profesional. Los obispos ortodoxos también participarán y enviarán representantes o participarán en estas discusiones para asegurarse de que nuestra ayuda incluya a toda la Iglesia”.
Finalmente, ACN también está en contacto con el Comité Conjunto de Alepo, un organismo que representa a todas las Iglesias, para ayudar a financiar un proyecto para cubrir los costos de alquiler de casas para las familias cuyos edificios sufrieron daños mayores o fueron destruidos por completo, y que tienen que esperar semanas, si no meses, para encontrar un nuevo hogar o volver al suyo propio, una vez restaurado.
Una tragedia dentro de una tragedia
El terremoto de Siria puede describirse mejor como una tragedia dentro de otra tragedia. Más de una década de guerra, junto con una pandemia y, más recientemente, una crisis financiera aplastante ya habían dejado a la población en la desesperación. Para muchos, el terremoto se sintió como la gota que colmó el vaso.
Sin embargo, también ha habido algunas consecuencias inesperadas, y algunos sirios dicen que están viendo demostraciones de unidad y solidaridad que no se habían visto desde el comienzo de la guerra.