No fue el único tema que destacó el Papa Francisco en su tradicional discurso de año nuevo a los diplomáticos acreditados ante la Santa Sede, también habló de los desafíos clave que enfrenta nuestro mundo: la guerra en Ucrania y su terrible impacto en las personas "que mueren no solo por las bombas sino también por el hambre y el frío".
>
Mencionó las tensiones políticas y sociales en Brasil, Perú y Haití, la creciente violencia en Tierra Santa, la pena de muerte en Irán y la exclusión de las mujeres de la educación en Afganistán. También habló sobre las guerras en Siria y Yemen con poblaciones que se enfrentan a minas terrestres mortales; terrorismo en África; los conflictos en el Cáucaso Sur; la crisis social, económica y política en el Líbano; y la tragedia de la migración que ha "convertido el Mediterráneo en un cementerio".
El Papa llamó a todos a construir juntos la paz y restablecer la democracia que se debilita en tantos países. Perú, Haití y en las últimas horas Brasil, como se vio con el asalto a edificios institucionales, son ejemplos de situaciones "cargadas de tensiones y formas de violencia" que trae consigo tal polarización.
“Hay una necesidad constante de superar los modos de pensar partidistas y de trabajar por la promoción del bien común”.
El Papa Francisco agradeció a los embajadores sus mensajes de condolencia por la muerte de Benedicto XVI. También mencionó la extensión del Acuerdo Provisional sobre los nombramientos de obispos entre China y la Santa Sede, "en el contexto de un diálogo respetuoso y constructivo".
“Tengo la esperanza de que esta relación de colaboración pueda aumentar, en beneficio de la vida de la Iglesia católica y del pueblo chino”, dijo.
Y así siguió evaluando los distintos conflictos y anhelos que urgen a los distintos países donde él puso una mirada de misericordia y una urgencia por la paz.