Crisis de refugiados en el mundo: ¡es hora de actuar!
¿Qué pasaría si te vieras obligado a dejar tu casa, tus cosas, para escapar de la violencia? ¿Cómo se tomarían tus hijos tener que dejar de ir a su colegio y de ver a sus amigos, para poder salvar sus vidas? Es difícil imaginar cómo sería nuestra vida como refugiados, pero es la dura realidad que enfrentan millones de personas en el mundo. Por ellas y para ellas es esta campaña: porque en ACN llevamos más de medio siglo ayudando a los refugiados en el mundo.
Vivimos una crisis mundial de refugiados
Se calcula que 84 millones de personas huyeron de sus hogares el año pasado. Este año la situación es aún peor: Solo en Ucrania, 14 millones de personas se han desplazado a causa de la guerra. Estas cifras de la ACNUR nos alertan sobre una realidad urgente de la que tenemos que hacernos cargo.
En países como Nigeria, Mozambique, Burkina Faso o Ucrania, la Iglesia abre sus puertas para atender y acoger a quienes dejaron su hogar. Ahí no solo encuentran refugio y alimento, sino que un acompañamiento espiritual que los ayuda a sanar los traumas, a encontrar la paz y a recuperar las esperanzar para enfrentar el futuro.
ACN lleva 75 años junto a los refugiados
"Podemos decir que ACN ha nacido como una organización para la ayuda a migrantes y refugiados. Después de la Segunda Guerra Mundial, la primera ayuda de nuestra organización fue para los 14 millones de desplazados que venían desde Alemania Oriental, bajo control de la Unión Soviética, hacia Alemania Occidental. Después, a lo largo del tiempo se ha desarrollado una acción de ayuda pastoral de la Iglesia. El tema de la atención al migrante es muy importante para nosotros."
Marco Mencaglia, responsable de proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) para Ucrania.
"Podemos decir que ACN ha nacido como una organización para la ayuda a migrantes y refugiados. Después de la Segunda Guerra Mundial, la primera ayuda de nuestra organización fue para los 14 millones de desplazados que venían desde Alemania Oriental, bajo control de la Unión Soviética, hacia Alemania Occidental. Después, a lo largo del tiempo se ha desarrollado una acción de ayuda pastoral de la Iglesia. El tema de la atención al migrante es muy importante para nosotros."
En ACN atendemos las solicitudes de sacerdotes y religiosas que se desviven por atender a los refugiados. Comparten el dolor y la preocupación de su gente, y trabajan para poder ofrecerles una atención digna y cariñosa. Sin la ayuda de nuestros benefactores no podemos responder a sus necesidades. La generosidad es el motor que le da vida a nuestros proyectos.
Súmate a nuestra campaña para los refugiados y sé parte de estos proyectos:
Ayuda de emergencia
Con $37.000 das alimento y cubres las necesidades básicas de una familia de refugiados en el norte de Nigeria. Sin esta ayuda, miles de familias se verían expuestas al hambre y a las enfermedades.
Sustento a religiosas
Con $35.500 mantienes el trabajo de una Hermana en Nigeria por un mes. Ellas son quienes atienden a los refugiados, los alimentan, educan a los niños, atienden a los enfermos, cuidan de los huérfanos...
Curar los traumas
Con $64.000 das atención psicológica a quienes sufren traumas por la violencia. La Iglesia atiende a las viudas, los huérfanos y quienes estuvieron expuestos a la violencia extremista en Nigeria.
Refugio para una familia ucraniana
Con $40.000 mantienes por un día a una familia en Ucrania. Con esta ayuda, la Iglesia puede ofrecerles alimento, protegerlos del frío (ahora que se acerca el invierno) y un espacio de paz en medio de la guerra.
Auto para atender a los refugiados
Los autos se han convertido en una necesidad urgente para la Iglesia en Ucrania. En ellos pueden trasladar a los refugiados, visitar a los ancianos y enfermos, transportar los víveres, etc. Con $46.400 nos ayudas a comprarles uno.
Intenciones de Misa
Cada vez que nos pides una Misa, ayudas al sostenimiento de sacerdotes en países como Nigeria y Ucrania. Ellos ofrecen su vida al servicio de su gente, pero necesitan ayuda para poder mantener su misión.
