Todo lo tuvieron que dejar atrás pues la orden de expulsión las obligó a salir rápidamente y custodiadas del país.
Otras de las medidas que demuestran el hostigamiento a la iglesia, aunque no son el único objetivo del gobierno, es la retirada del beneplácito (agrément) al arzobispo Waldemar Stanislaw Sommertag, nuncio apostólico en Managua desde 2018, y su salida del país; Monseñor Leonardo Urbina, párroco del Perpetuo Socorro en Boaco, fue detenido por una presunta denuncia de abusos sexuales; el padre Manuel Salvador García, párroco de Nandaime, fue encarcelado acusado de exponer a personas al peligro y por la presunta agresión a una mujer; se anuló la personalidad jurídica de 101 ONG,
Incredulidad y fuertes pronunciamientos
De inmediato comenzaron los mensajes de apoyo dentro y fuera del país. Los medios de comunicación han mostrado las reacciones de distintas diócesis vecinas. Todas ellas piden oración y el pronto restablecimiento de la libertad del obispo y sus colaboradores.
“La Conferencia Episcopal de Nicaragua, ante la situación que vive nuestro hermano en el episcopado, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, queremos expresar nuestra fraternidad, amistad y comunión episcopal con él, ya que esta situación nos toca el corazón como obispos e Iglesia nicaragüense”, señaló el Episcopado en una declaración.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras, obispo Roberto Camilleri, se hizo eco de la posición del CELAM al subrayar en una carta compartida por los obispos nicaragüenses en Facebook que “la libertad de expresión es un pilar fundamental que garantiza la existencia de una democracia” y destacó su “solidaridad y cercanía espiritual".
“Los últimos acontecimientos, como el asedio a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas, la profanación de templos y el cierre de radios, nos duelen profundamente. Les manifestamos nuestra solidaridad y cercanía”, se lee en el documento publicado.
El mensaje de solidaridad dirigido a todo el Pueblo de Dios de Nicaragua: obispos, sacerdotes, religiosas, religiosas, laicos y laicas asegura que los obispos latinoamericanos “acompañamos a nuestros hermanos que por distintos caminos buscan ser voz de los que no tienen voz, para construir un diálogo capaz de trazar un camino de unidad y de paz”.
La iglesia no fue la única en criticar la actitud del gobierno ante las reiteradas manifestaciones contra la Iglesia nicaragüense. Organizaciones internacionales como la Unión Europea, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión también han expresado su molestia.
La UE recordó que "desde 2018, el Gobierno nicaragüense ha desatado niveles de violencia sin precedentes contra su propio pueblo, recurriendo a asesinatos, desapariciones forzadas, encarcelamientos, acoso e intimidación contra opositores políticos, periodistas, defensores de derechos humanos, religiosos y otros líderes". En este sentido, la UE instó a las autoridades nicaragüenses a cesar "toda la represión y restablecer el pleno respeto de todos los derechos humanos", e hizo un "llamado urgente al Gobierno nicaragüense para que libere inmediatamente e incondicionalmente a todos los presos políticos y anule todos los procesos judiciales contra ellos, incluidas sus condenas".
Mientras avanzan los días y el problema no se resuelve. El gobierno ha tildado de “terroristas” a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde abril de 2018.
A su vez, ellos responden que, no obstante, todo lo ocurrido en el último tiempo, “Seguiremos informando y denunciando cualquier situación que como ésta siga violentando la libertad de expresión y religiosa en Nicaragua”.
Reiteran asimismo su compromiso con la evangelización en la amada diócesis de Matagalpa y proclaman que el poder de la Palabra de Aquel que los envió a predicar por todo el mundo seguirá impulsando su misión evangelizadora porque “la Palabra de Dios no está encadenada”.
Por último, en el comunicado de la diócesis Matagalpa, su obispo, monseñor Rolando Álvarez invita al pueblo de Dios a “seguir doblando rodillas, orando por la protección y santificación de los sacerdotes y el país porque la oración salvará a Nicaragua”.