A parte de la miseria económica, vivimos la miseria del miedo, de la emigración, de la falta de valores. Otro tema urgente es la falta de medicamentos, no se puede conseguir ni un paracetamol ni un ibuprofeno, por supuesto tampoco antibióticos.
¿Se ha agravado toda esta situación después del 11 de julio del año pasado, cuando se produjeron las protestas pacíficas?
Muchísimo. La dictadura comunista cubana tiene miedo de perder el poder. Han aprobado nuevas leyes para perpetuar su ideología marxista. La inflación ha aumentado enormemente. Los cubanos se pusieron muy contentos cuando se anunció que aumentarían los salarios. Pero ahora el precio de lo más básico es altísimo, no se puede conseguir leche y no hay medicamentos. Estamos viendo que muchas casas se están derrumbando en todo el país, mientras se construyen hoteles nuevos en La Habana. Si alzas la voz y dices la verdad, van contra ti, te difaman. Han aumentado las penas de cárcel.
¿Cuál es la principal necesidad que están sufriendo los cubanos?
La necesidad de ser libres y de que se respete su dignidad. El daño humano, antropológico, que está sufriendo el pueblo cubano es enorme. ¿Por qué por pensar diferente o pensar algo distinto al régimen comunista cubano tienes que ser una escoria, un gusano, un enemigo? En la raíz de todo está el daño humano que ha generado la ideología marxista durante 60 años en Cuba. El marxismo va contra la familia, va a destruir la libertad y la dignidad del ser humano. Es la miseria y lo peor que le está pasando a los cubanos ahora mismo.
¿Qué está pasando con las personas que pidieron libertad el año pasado?
Es lamentable ver a tantísimos jóvenes en la cárcel. Las penas de prisión son altísimas, de más de 10 años para muchos jóvenes, algunos incluso menores de edad, de 17 años.
Ellos solo han pedido, «queremos libertad, queremos vida; queremos vivir y no queremos sobrevivir». Ahora van a por cualquiera que ponga una foto o algo en contra del comunismo en las redes sociales. Cualquiera que cuenta algo del día a día, desde la cola del pan o algo que ha pasado en el colegio de sus hijos, está siendo amenazado. Por eso, muchas personas han decidido irse, está aumentando muchísimo la emigración. La gente está cansada de alzar la voz y que te metan preso. Hay todavía más de 900 presos, solo por manifestarse pacíficamente en el 11J, sin atacar, fueron caminando pacíficamente.
¿Qué está haciendo la Iglesia en Cuba y hasta dónde puede llegar para aliviar este sufrimiento?
La palabra es acompañar, acompañar el sufrimiento del pueblo. Como Moisés hizo con el pueblo de Israel, que sacó al pueblo de la esclavitud. Hay mucha gente, religiosos, sacerdotes, obispos y laicos comprometidos que están acompañando a los que más sufren, dando ánimos y esperanza en un momento tan triste. La ayuda no es solo material, como por ejemplo la misión de Cáritas Cuba o instituciones como Ayuda a la Iglesia que Sufre que están ayudando muchísimo, también toca acompañar, escuchar, estar al lado del que sufre y fortalecerle material y espiritualmente.
¿Podemos decir que Cristo es la verdadera esperanza que necesita en estos momentos el pueblo cubano?
Es verdad que Cristo es la única esperanza, Él es «la esperanza que no defrauda». Pero la cosa está mal, esa esperanza ha ido disminuyendo, especialmente entre los jóvenes que se ven ahogados y solo ven como solución marcharse del país. Pero Jesús tiene palabras de esperanza, la Iglesia con su doctrina social puede levantar la esperanza caída de los cubanos. La Iglesia es un refugio de esperanza, para conectarse al Señor y para sanar las heridas de la ideología marxista.