“El gobierno ha perdido el control”
Mons. Doeme no duda de que la culpa de la situación recae por completo en el gobierno actual. “Nunca hemos vivido lo que estamos viviendo ahora. La gente está sufriendo, está con hambre. El gobierno ha perdido el control de la situación, las cosas son un desastre, pero nosotros somos un pueblo de esperanza y sabemos que Dios nos va a ayudar. Buhari es el presidente en este momento, pero mañana ya no estará. Esperamos un nuevo presidente que lleve a la gente en su corazón y que pueda unirla”, dice el obispo, añadiendo que “nosotros sabemos que Dios es fuerte y mientras sigamos dirigiéndonos a María, obtendremos la victoria, porque somos un pueblo victorioso, somos un pueblo de aleluyas, un pueblo resucitado.
Sanando heridas
Mientras la vida en Maiduguri vuelve a la normalidad, la diócesis está atendiendo el trauma y las heridas que los terroristas han dejado en la población. La educación es la principal arma en esta nueva lucha. “Esta es una prioridad para nuestra diócesis -agrega el obispo- especialmente para los refugiados que han regresado. Nos hemos encargado de que los niños reciban educación, desde la escuela primaria y, si es posible, hasta la universidad. Esta es la clave para vencer a Boko Haram. Cuando las personas están capacitadas para mantenerse a sí mismos, no salen por ahí a matar gente”.
Los sacerdotes juegan un papel muy importante en la ayuda a las poblaciones locales. Por eso, la diócesis también se preocupa por el bienestar psicológico de su clero. “Uno de los programas que ha comenzado es la consejería postraumática para los sacerdotes. Nuestros sacerdotes fueron invitados a este tipo de consejería y regresaron muy contentos y agradecidos. Nuestras religiosas también asistieron y regresaron fortalecidas” explica monseñor Doeme.
Encontrar el coraje para perdonar
Una de las áreas más importantes en las que la diócesis se involucra profundamente es en promover el perdón, especialmente ahora que muchos miembros de Boko Haram están siendo reintegrados en la sociedad. “El trece de mayo, durante la fiesta de nuestra señora de Fátima, volvimos a consagrar nuestra diócesis al Inmaculado Corazón de María. La gente se siente fortalecida espiritualmente y motivada, eso la prepara para perdonar, pues este es un componente muy importante en el cuidado de las personas. La gente guarda rencor contra los miembros de Boko Haram que mataron a sus seres queridos, pero ahora tienen la capacidad de perdonar. Viendo a Jesús colgado en la cruz, quien perdonó a sus verdugos, también adquieren ellos el coraje de perdonar”.