El estudio, además, estima que las cifras proporcionadas estarían por debajo del número real de ataques. “Encontramos casos en que los sacerdotes cansados de los robos y profanaciones decidieron denunciar solo el último de ellos. Otros han optado por hacer silencio ya que no creen en el Sistema Judicial”, afirma el informe.
Los datos presentados señalan que 37% de las hostilidades son agresiones a sacerdotes, obispos, religiosas, seminaristas, laicos, que incluyen también expulsiones del país y 19% son profanaciones a lugares y objetos sagrados y de culto. Además, se dieron otros casos (17%) de asedios, destrucción, quemas, bloqueos de servicios básicos e invasiones a la propiedad privada, etc.
Cierre de ONGs y canales católicos
El más reciente ha sido el anuncio por parte del Ministerio de Gobernación de Nicaragua del cierre de 101 organizaciones no gubernamentales (ONG), que incluye a la Asociación de las Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta. Las religiosas se dedican a atender a los más pobres y tienen un asilo de ancianos, una guardería para los hijos de madres sin recursos y un hogar para jóvenes abandonados o víctimas de abusos.
En la lista hay otras cinco instituciones católicas. Si la Asamblea Nacional aprueba esta iniciativa la próxima semana, serán 758 las ONG declaradas ilegales durante el Gobierno de Ortega.
El día 28 de junio, la empresa Telecable, por la que se emitían las imágenes de TV Merced de la diócesis de Matagalpa y Canal San José de la diócesis de Estelí fueron eliminadas de la grilla. El 31 de mayo, ya había sido sacado de programa el canal 51, canal católico operado por la Iglesia.
Motivos de la hostilidad
Las raíces de la hostilidad por parte del gobierno de Nicaragua se encuentran, según el informe, en el apoyo de la Iglesia Católica a estudiantes durante las manifestaciones pacíficas de los nicaragüenses contra la corrupción y el nepotismo en el país que ha existido a partir de abril del 2018. Los templos de la Iglesia abrieron las puertas, proporcionado espacios de diálogo y promoviendo jornadas de oración, pero también atendiendo a los heridos y consolando a los familiares de ciudadanos asesinados o secuestrados.