“En la RDC cuentan con la Iglesia. Hemos hablado con mucha gente y lo primero que nos decían es que esperaban que la visita del Papa promoviera la reconciliación. Otro deseo era que dirigiera una llamada de atención a los políticos: la raíz del problema está en la corrupción de las élites, por lo que la visita del Papa debería servir para recordarles su misión como dirigentes”.
“Para las víctimas, la visita es una oportunidad de abordar las injusticias: el Papa había invitado a 60 personas, entre ellas víctimas de violaciones, huérfanos y mutilados, para que pudieran compartir su sufrimiento con alguien a quien le importa”.
Estas son las personas que reconstruirán la RDC
Mientras el Estado sigue siendo mayormente incapaz de atender a su propio pueblo, la Iglesia gestiona innumerables escuelas, orfanatos, clínicas y muchas otras instituciones, además de su labor central de administrar los sacramentos y educar en la fe.
“La Iglesia ayuda a la gente, pero ¿quién ayuda a la Iglesia? Ahí es donde entra ACN. Llevamos décadas trabajando en este ámbito y conocemos a la gente personalmente. Muchas ONG van y vienen, pero nosotros nos centramos y estamos presentes a largo plazo”.
“La Iglesia realmente puede ser un instrumento de desarrollo para este país, pues está cuidando de su gente, creando una nueva conciencia en torno al bien común y llamando a la paz, y como tal creo que merece toda nuestra ayuda”, recalca François-Marsal.
Durante su reciente viaje al país, François-Marsal visitó un convento presente varias décadas en la RDC. En dos ocasiones, el convento fue invadido por milicias que lo saquearon a fondo. “Estuvieron muy cerca de ser asesinadas; sobrevivieron de milagro. Eran soldados que habían violado y torturado a mucha gente. No obstante, allí estaban ellas, contándonos sus proyectos desde la confianza de que su misión les ha sido encomendada por Dios”.
“Estas personas han pasado por un infierno y todavía afrontan retos que no podemos ni imaginar. Merecen nuestra atención, pues son las personas que reconstruirán la RDC”.
ACN es activa desde 1966 en la República Democrática del Congo, donde financia varios proyectos, especialmente, en las diócesis orientales, que siguen esperando la visita del Pontífice.