Pero la situación en la capital sigue siendo dificil. "En Kiev continúa la tensión. Hace dos días, varios misiles impactaron en un edificio de departamentos. Aquí hay graves problemas con el combustible, la mayoría de las estaciones de gasolina están cerradas, y en las que están abiertas sólo se permite el abastecimiento con 10 a 20 litros. Las colas son muy largas", dice el padre Vitaliy.
En su diócesis, todos los sacerdotes reciben algún tipo de ayuda, por ejemplo, gracias a las becas de misa de ACN, asegura el padre Vitaliy. La logística está bien organizada. Muchos sacerdotes también reciben ayuda humanitaria en las parroquias.
Sin embargo, quedan todavía necesidades por cubrir, la archidiócesis de Kiev busca ayuda para comprar vehículos para sus sacerdotes.
"Hay sacerdotes que no tienen auto o están en muy malas condiciones. En tiempos de guerra, es muy importante que el sacerdote se desplace y pueda llegar a la gente y prestar ayuda humanitaria o espiritual", explica a ACN.
Otra necesidad que en un futuro próximo habrá que atender, según el padre Vitaliy, es el cuidado “reparador” de los sacerdotes: "Muchos de ellos están viviendo con gran tensión y estrés todo el tiempo y han experimentado cosas terribles. Los sacerdotes se entregan al pueblo, pero también tienen que sacar fuerzas de algún sitio", señala.
A los benefactores de ACN, el padre les dedica un mensaje de agradecimiento por su generosa ayuda:
“¡En nombre del obispo auxiliar Josyf Milian y de todos los sacerdotes de la arquidiócesis de Kiev, expreso mi más sincero agradecimiento y que Dios los bendiga por su apoyo financiero y su oración por nuestra arquidiócesis durante la guerra!”.