Las fuerzas de seguridad israelíes están acusadas de haber interrumpido el cortejo fúnebre de Shereen Abu Aqleh, asesinada mientras cubría una operación militar israelí en el campo de refugiados de Jenin el 11 de mayo.
Los líderes de las Iglesias católicas en Tierra Santa han criticado duramente el uso de la fuerza por parte de la policía israelí durante el cortejo fúnebre de la periodista palestina cristiana Shireen Abu Akleh, el 13 de mayo.
En un comunicado publicado en el sitio web del Patriarcado latino, encabezado por el franciscano italiano Pierbattista Pizzaballa, los patriarcas latino y griego de Jerusalén acusan a Israel de haber irrespetado las instituciones y los fieles cristianos.
La intervención policial se produjo en el Hospital San José, desde donde partía el cortejo fúnebre. “La Policía irrumpió en un instituto de salud cristiano, irrespetando a la Iglesia, irrespetando al instituto de salud, irrespetando la memoria de los difuntos y obligando a los portadores del féretro a casi tirar el ataúd”, dice el comunicado.
“La invasión y el uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía israelí, atacando a los dolientes, golpeándolos con porras, utilizando granadas de humo, disparando balas de goma, asustando a los pacientes del hospital, es una grave violación de las normas y reglamentos internacionales, incluido el derecho humano fundamental a la libertad de religión, que debe observarse también en un espacio público.”
Los patriarcas se muestran particularmente molestos de que el hecho haya tenido lugar en un hospital que “siempre ha sido orgullosamente un lugar de encuentro y curación para todos, independientemente de su pertenencia religiosa o cultural”.
“Lo ocurrido el pasado viernes hirió profundamente no sólo a la comunidad cristiana, a las hermanas de San José de la Aparición, titular del Hospital, y a todo el personal hospitalario, sino también a todas las personas que en ese lugar han encontrado y encuentran la paz y la hospitalidad. Las Hermanas y el personal del Hospital St. Joseph mantendrán su compromiso de ser un lugar de sanación. El trágico episodio del pasado viernes hace que este compromiso sea aún más fuerte que nunca”.
La policía dice que actuó para dispersar a los miembros de la multitud que habían retenido la procesión e insistían en llevar el ataúd sobre sus hombros, acusándolos de "perturbar el orden público", pero las imágenes de la escena parecen mostrar que la exhibición de palestinos banderas y cánticos nacionalistas fue uno de los factores que enfureció a las autoridades.
La renombrada periodista Shireen Abu Akhleh era una católica griega melquita con años de servicio cubriendo temas palestinos. El 11 de mayo estuvo presente cuando las Fuerzas de Defensa de Israel irrumpieron en el campo de refugiados de Jenin, en Cisjordania.
Durante la operación, Abu Akleh recibió un disparo en la cabeza, y los testigos presenciales afirmaron que el disparo mortal, que la atravesó justo debajo del casco y por encima del chaleco antibalas, provino de las fuerzas israelíes. Los funcionarios israelíes inicialmente cuestionaron esta afirmación y publicaron imágenes para respaldar la idea de que militantes palestinos le habían disparado, pero el periódico israelí Haaretz dijo que esto era poco probable, ya que desde varios edificios bloquearon a los militantes algo que se puede observar en el video desde el lugar donde mataron a la reportera.
En un comunicado anterior, publicado poco después de su muerte, el Patriarcado Latino exigió una investigación y el castigo de los responsables. “Oramos por el descanso del alma de Shereen, quien fue un ejemplo de deber y una voz fuerte para su pueblo, y pedimos a Dios que le conceda a su hermano y familiares el consuelo de la fe. Rezamos para que el pueblo palestino encuentre su camino hacia la libertad y la paz”, dijo.