Su padre se escandalizó y le exhortó a ir primero a la universidad. Durante todo el año, Tadey rezó para saber qué hacer, hasta que finalmente decidió que se matricularía directamente después de la escuela. Cuando se lo anunció a su padre, que aún estaba en el extranjero, le pidió su bendición y sintió un gran alivio cuando la recibió.
Ahora, está preparándose para ser ordenado sacerdote basiliano. Después, irá a Roma para seguir estudiando en el Instituto Bíblico y prepararse para ayudar a su país a salir del desierto en el que se encuentra actualmente.
La guerra y los desplazados
Desde el 24 de febrero Ucrania sufre la invasión de las tropas rusas. “Ahora la situación es bastante dura, este es un tiempo difícil, el tiempo de la oscuridad”, dice el seminarista. “Mucha gente se ha ido al extranjero, a otros países a buscar refugio. Pero todavía hay personas dentro del país que no tienen a dónde ir y buscan refugio”. “En nuestro monasterio”, dice Tadey, “también hay muchos refugiados, y tratamos de ayudarlos y apoyarlos”.
Tadey y los demás seminaristas necesitan toda la ayuda posible para financiar su formación y sus estudios. El padre Pantaleimon, rector del seminario basiliano, confirma que cada año es más difícil gestionar las cosas. "Desde que soy rector, tenemos los mismos ingresos, pero los precios se han duplicado. Por eso, cada año es más difícil sacar adelante el seminario. Desde que empezó la guerra, la situación económica en Ucrania se ha vuelto imprevisible".
En esta situación, la ayuda de instituciones como ACN, que lleva muchos años prestando apoyo financiero al seminario, es esencial. "Estamos agradecidos con todos los que nos ayudan, especialmente con ACN, porque así podemos servir a la gente y seguir con nuestra misión".