Los Padres Salesianos trabajan en la ciudad de Teplice desde 1990. Allí se ocupan de tres parroquias y de otras cuatro en los pueblos de los alrededores, por lo que tienen mucho que hacer. Y es que en la región hay muchos problemas sociales, y el desempleo y la tasa de delincuencia son elevados, especialmente entre los jóvenes. Además, en promedio, la gente es más pobre y está peor formada que en otras partes del país.
Por ello, los Salesianos han creado un centro para trabajar con niños y jóvenes, especialmente con los procedentes de familias problemáticas. Además de la catequesis, organizan campamentos de verano y actividades cristianas de fin de semana. No obstante, el centro también se dirige a los adultos y organiza diversos cursos de fe, seminarios para matrimonios, encuentros ecuménicos y mucho más.
Además, los Salesianos trabajan en la pastoral penitenciaria, visitan a enfermos en los hospitales y a ancianos en las residencias, y se ocupan de forma especial por las familias gitanas.
Antes de la pandemia, su centro, llamado “Casa viva”, atendía anualmente a 1.500 niños, 400 jóvenes y 500 adultos. 30 empleados y 200 voluntarios apoyan a los seis sacerdotes en su labor.
Sin embargo, los locales que utilizan actualmente son arrendados, mientras que un edificio propio les facilitaría la planificación a largo plazo. El edificio ya lo tienen, pero todavía hay que renovarlo. A nosotros nos gustaría contribuir con $ 25.953.600 (30.000 euros) porque sabemos que la labor de los Salesianos en esta difícil zona es muy valiosa y fructífera.